En las zonas rurales de Cuba, muchos niños aprenden a montar a caballo antes que a andar en bicicleta.
A la corta edad de seis años, Dariadna Corujo es ya una experta en carreras de barriles y en lazar terneras y cuando compite en rodeos en las calurosas praderas de la provincia de Sancti Spiritus, en el centro de la isla, utiliza botas rojas.
Un grupo de ganaderos fundó hace más de una década un proyecto no gubernamental llamado Relevo Ganadero con el propósito de resucitar la cultura del rodeo en Cuba, que se remonta siglos hasta la era colonial española. Enseñan habilidades de rodeo como lazar y montar, además de una educación más práctica sobre ganadería, agricultura y veterinaria.
Los mejores estudiantes pueden comenzar estudios relacionados con la ganadería y la agricultura en universidades locales sin enfrentar el difícil examen nacional de ingreso en la educación superior. Uno de los fundadores del proyecto señala con orgullo que los estudiantes saben tanto, a menudo dan clases informales a otros compañeros.
En la zona ganadera de Sancti Spiritus hay unos 80 niños inscritos en el proyecto, que pasa apuros para financiar necesidades básicas como gasolina para los vehículos en los que se transportan a estudiantes a las competiciones.
Muchas familias ahorran durante años para comprar sillas, botas y lazos a sus hijos.
«A 300 pesos (12 dólares) un lazo, ¿cuántos litros de leche tengo que vender?», dijo Donato Corujo, el padre de Dariadna.
Los niños de Relevo Ganadero se han convertido en la principal atracción en muchos rodeos en Sancti Spiritus, así como en procesiones religiosas y en los desfiles del Primero de Mayo en Cuba.
