El senador republicano de origen cubano Marco Rubio ha insinuado que el presidente electo, Donald Trump, restablecerá el programa que permitía solicitar asilo a los médicos cubanos en brigadas internacionales eliminado este jueves por el todavía presidente, Barack Obama.
EFE
“Soy optimista (respecto a) que la Administración entrante de Trump revertirá esta parte de la orden ejecutiva y permitirá que los médicos pidan asilo en los consulados y embajadas de EEUU”, dijo Rubio, que consideró las misiones internacionales de médicos cubanos como “represión política” de La Habana.
“Durante décadas, los Castro han obligado a miles de médicos a salir al extranjero como una herramienta de su política exterior”, agregó el antiguo aspirante presidencial al referirse a los dirigentes cubanos, el fallecido Fidel Castro y su hermano Raúl.
Obama derogó el jueves el alivio migratorio conocido como “Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos” (CMPPP), así como la política de “pies secos/pies mojados”, adoptada en 1995 y que permitía quedarse en el país a los indocumentados cubanos que lograran tocar tierra en EEUU.
A ocho días de dejar el cargo, Obama terminó así con una política que daba a los emigrantes de la isla unas ventajas mucho mayores que a los de cualquier otro país.
Rubio, que reconoció que la política migratoria con respecto a la isla ha dado pie a “abusos crecientes” al sistema, también opinó que EEUU no puede permitir que los cubanos que llegan al país “escapando de la persecución política sean retornados sumariamente”.
La derogación de estos dos programas era una reclamación histórica de La Habana, que los veía como una ofensa, y fue también una de sus solicitudes en el proceso de deshielo iniciado en diciembre de 2014 y liderado por el presidente cubano, Raúl Castro, y Obama.
Cuba tiene la política de enviar brigadas de médicos a otros países con necesidades de personal o con crisis epidémicas, principalmente de África y América Latina.
Una de las más conocidas fue la que envió en 2014 a Sierra Leona en plena epidemia del ébola.
Es precisamente a esos profesionales a los que iba dirigido el alivio, un programa que, según reconoció Obama, corría “el riesgo de perjudicar al pueblo cubano” y “contradecir los esfuerzos” de Cuba y EEUU de “combatir las enfermedades que ponen en peligro la salud y la vida de las personas”.