martes, marzo 19, 2024
Home > China > Las maniobras de China para ganar terreno a EEUU

Las maniobras de China para ganar terreno a EEUU

Además de impulsar su economía para superar a EEUU y Occidente, el gigante asiático apuesta por alcanzar supremacía total con manipulación y compra de influencias en los cuatro puntos cardinales

China entra como protagonista en el escenario geopolítico mundial con una serie de iniciativas diplomáticas, económicas y militares que amenazan con marginar a Estados Unidos en áreas cruciales para su comercio, alianzas y políticas internacionales.

En movidas simultaneas, el gobernante chino Xi Jinping presentó un “plan de paz” para Ucrania en una reunión de cuatro horas con Vladimir Putin, en Moscú, mientras que su ministro de asuntos exteriores, Qin Gang, mediaba un sorpresivo acercamiento entre su aliado Irán y el socio clave de EEUU en el Golfo Pérsico, Arabia Saudí.

Analistas discrepan sobre la trascendencia de los acontecimientos. The Wall Street Journal habla de “movimientos tectónicos”, mientras que el semanario The Economist los considera “más percepción que realidad”. Pero el uso que hace China de su poder económico para alterar alineamientos políticos por todo el planeta deja a EEUU totalmente distanciado, según un análisis del Royal United Services Institute de Londres.

Estrategia

La estrategia de China se asemeja al Go, el juego favorito de estrategia de los mandarines chinos desde la antigüedad, que consiste en acaparar regiones del tablero hasta desplazar al rival. Proponiendo un plan de paz aceptado por Rusia, China se adelanta a EEUU en Europa. Los 12 puntos de su “plan de paz” parecen muy alejados de lo que la OTAN y Ucrania exigen, pero han captado la atención de cancillerías europeas.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se desplaza a Pekín esta semana para hablar del plan chino, mientras que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está pendiente de una teleconferencia con el gobernante chino, cuando su anunciada “contra ofensiva de primavera” puede depender de las armas que China proporcione a Rusia y lo invitó a visitarlo en Kiev.

Al mismo tiempo, la mediación China en la reanudación de relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí, tras décadas de hostilidades entre los dos gobiernos, no ha tardado a tener repercusiones en Medio Oriente.

Días después de que saliese la foto del ministro de exteriores chino con sus homólogos iraníes y saudíes, parecía romperse el aislamiento del dictador genocida sirio Basher Al Assad, apoyado por Irán en la brutal guerra contra la mayoría sunní, quien no tardó en desplazarse a la capital saudí para entrevistarse con el príncipe Bin Salman.

“La barrera contra Irán” construida con los reinos árabes, bajo la tutela de EEUU durante la administración de Donald Trump, ha “colapsado”, según dijo el exministro de Defensa israelí.

Algunos analistas especulan que las iniciativas chinas pueden ser una “huida hacia delante” del régimen comunista de Pekín, cercado en su terreno de Asia Oriental por la creciente red de alianzas que EEUU teje con poderosos vecinos como Japón, Corea del Sur y Australia.

Últimamente, Filipinas y Vietnam se han unido a maniobras de la flota estadounidense para frustrar posibles movimientos de la armada china por Taiwán, la “provincia rebelde” según dice China, cuya recuperación es objetivo primordial del régimen comunista.

Aunque China haya multiplicado por creces su poderío naval durante la última década, llegando a poseer 360 buques, superando en número a la marina de Estados Unidos, los 200 buques estadounidenses desplegados en el océano Pacifico cuentan con el refuerzo de las 150 naves de la poderosa flota japonesa.

La marina australiana también está en proceso de expansión, con la adquisición de submarinos nucleares de EEUU, que serían cruciales en cualquier batalla del mar de China, según simulacros del Pentágono.

“Nuestros submarinos forman parte de una generación más avanzada” que los de China”, afirmó el almirante Carl Thomas, de la Séptima Flota.

Además, EEUU dispone de un número muy superior de portaviones, aunque estos son vulnerables a los nuevos misiles hipersónicos desarrollados por China.

“La política china es geoeconómica más que militar” señaló el experto en relaciones internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Dr. Alfredo Jalife Rahme.

Fuentes del Kremlin, en Moscú, apuntan a que las conversaciones con Xi se centran en reemplazar el dólar por la moneda china, el yuan, en sus intercambios comerciales que se han multiplicado desde las sanciones que Occidente impuso a Rusia tras la invasión a Ucrania.

China es ahora el mayor comprador de petróleo ruso, a precio descontado, y los depósitos de Rusia en moneda china han pasado desde prácticamente cero al 11% de sus reservas de moneda extranjera en el último año. El yuan tendría que suplantar al dólar y al euro, aun en mayor medida, para esquivar las sanciones que EEUU y Europa podrían imponer a China, si provee los chips que Putin necesita para sus drones y misiles de precisión, como los que lanzó sobre blancos civiles ucranianos horas después de verse con Xi.

China también negocia abonar en yuanes parte de sus crecientes compras de petróleo a Arabia Saudi, siendo su mercado más estable a causa de las políticas verdes de países occidentales.

A pesar del creciente poder económico chino, el yuan actualmente cubre solo el 3.2% de las transacciones internacionales. Se anticipa que China proponga generalizar su uso entre países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) durante la próxima reunión del grupo.

También se espera que Arabia Saudí se una a Irán y varios países de África y América Latina en adherirse a la agrupación de economías emergentes.

BRICS busca “desplazar al G-7 como referente en la economía mundial”, según dirigentes rusos y erosionar la posición del dólar como moneda de reserva. El billete verde seria reemplazando con un yuan digital respaldado por oro que el banco de China ha estado comprando en grandes cantidades a Rusia y Sudáfrica.

La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris emprendió una gira de nueve días por países africanos, con el fin de disuadirles de aceptar las propuestas chinas de pasar al yuan para restructurar sus deudas contraídas a raíz de los multimillonarios proyectos de infraestructura que Pekin ha financiado por todo el continente. Esa situación podría repetirse en América Latina, donde China financia proyectos de capital intensivo en más de 20 países.

El presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que planeaba visitar China estos días para discutir una “expansión” de sus relaciones con el país asiático, que ya ha invertido más de 150.000 millones de dólares su país, “obtendría promesas de poner cantidades de dinero aún más significantes sobre la mesa”, comentó el especialista en asuntos Latino Americanos del US Army War College, el doctor Evan Ellis.

El experto anticipó que trazarían “una hoja de ruta para una coordinación política sobre temas estratégicos”.

China ya tiene control sobre gran parte de los recursos de Sudamérica, con casi la totalidad de las reservas petrolíferas venezolanas y el litio boliviano en manos de sus empresas. Compromisos de tal magnitud inevitablemente llevan a más influencia política y militar.

Son tales presiones que pueden haber llevado a Honduras a romper relaciones con Taiwán como anuncio hace unos días. Argentina, mientras tanto, contempla la compra de 12 cazas chinos JF-17 para su fuerza aérea.

Según la congresista de Florida María Elvira Salazar, China está negociando un proyecto industrial de defensa con Argentina, que incluiría una fábrica de armas, mientras ya opera una estación espacial en la provincia de Neuquen, que sirve de enlace y control para sus satélites militares. La congresista lo llama un “trato con el diablo”.

Comités formados por la nueva mayoría republicana del congreso estadounidense investigan la penetración china en Estados Unidos, además de en el extranjero. Algunos informes preliminares son alarmantes: China ha comprado influencias a altísimo nivel en operaciones involucrando a familiares del presidente estadounidense, Joe Biden, y ejecutivos de grandes empresas tecnológicas.

Hay indicios de interferencias electorales en EEUU y Canadá por entidades chinas ligadas al Partido Comunista Chino.

También hay informes sobre subvención de programas universitarios para captar simpatizantes y emitir propaganda. El uso chino de sus aplicaciones de telefonía móvil, como TikTok, para robar datos y condicionar el pensamiento de jóvenes, es tan evidente que están contemplando su prohibición.

China también provee cantidades masivas de insumos químicos para fabricar el opio sintético fentanilo por carteles de la droga mejicanos, causando la muerte a casi 100.000 estadounidenses al año, dicen informes presentados al presidente de México por congresistas de EEUU.

“El fomento de la drogadicción es un nuevo frente para China en su lucha de poder contra Estados Unidos”, afirmó David Philips, director del Instituto de Estudio de Derechos Humanos de Columbia University.

Las estrategias subversivas chinas se remontan a las antiguas enseñanzas del general Sun Tzu, quien predicaba que “la mejor victoria es la que se consigue sin dar batalla”. Su clásica obra El Arte de la Guerra otorga un valor primordial a “plantar espías en las altas cortes del enemigo…desorientándolo…atontándolo… desmoralizándolo…comprándolo…dividiéndolo” para “derrotarlo antes de que entre en batalla”.

De hecho, el portaviones y buque insignia de la armada China lleva su nombre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *