martes, marzo 19, 2024
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El equipo legal de Trump planea desafiar insólita inculpación

El expresidente Donald Trump se declarará [no culpable] y hay «cero» posibilidades de que acepte un acuerdo de culpabilidad, adelantó su abogado Joe Tacopina

Los objetivos de la inculpación al expresidente Donald Trump son expresamente claros: que no tenga oportunidad de regresar a la Casa Blanca.

La reacción de millones de seguidores y de congresistas estatales y federales republicanos ha sido inmediata y contundente en medios de prensa y redes sociales. Casi todos coinciden que este nuevo ataque contra Trump está impulsado por fines políticos y mezquinos, sin importar el daño a Estados Unidos.

La izquierda parece emplear la revancha política frente a diversas investigaciones emprendidas por la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, contra prominentes figuras de inteligencia y del Partido Demócrata en EEUU, entre ellas al presidente Joe Biden y a su hijo Hunter Biden, entre otras.

Ninguna de las acciones en contra del exmandatario han fructificado para la extrema izquierda y la frustración hace mella, mientras el tiempo avanza en contra de los planes de los nuevos grupos radicales que intentan por, cualquier medio, desmembrar el masivo movimiento conservador Make America Great Again (MAGA) impulsado por Trump con un éxito rotundo, aunque la mayoría de los grandes medios izquierdistas digan lo opuesto.

Trump se encamina hacia la Oficina Oval y «eso hay que impedirlo a toda costa». Representa la aniquilación de las acciones que durante dos años ha ejecutado la rama más radical socialista en Washington mediante la agenda de Joe Biden.

Hasta ahora, nada ha funcionado para ellos. Desde la inventada trama de Rusia y los intentos de destitución al entonces presidente de Estados Unidos hasta el show televisivo del unilateral comité en la Cámara de Representantes cuando era controlada por los nuevos demócratas para [supuestamente investigar] los sucesos del capitolio en enero 6 de 2021; o el insólito allanamiento a la residencia en Mar-a-Lago, donde el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se llevó documentos personales como los pasaportes de la familia, en violación al estado de derecho y privacidad.

Donald Trump se prepara para enfrentarse el martes a lo que ningún otro expresidente de EEUU ha pasado: que le tomen las huellas dactilares y foto para la ficha policial. Pero él, fiel a sí mismo, «luchará» contra los cargos en su camino a las presidenciales de 2024.

El expresidente niega haber quebrantado la ley y acusa al fiscal de distrito de Manhattan que presentó los cargos, el radical de izquierda y financiado por el comunista y antiamericano George Soros, Alvin Bragg, de emprender una «caza de brujas política».

El consagrado comunista multimillonario, George Soros, reconoció haber pagado millones de dólares mediante organizaciones y comités para financiar campañas electores a fiscales progresistas (socialistas) en EEUU. También lo reiteró el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien se vio obligado a destituir a un fiscal de distrito.

El 8 de mayo de 2021, un comité de acción política respaldado por el multimillonario George Soros, llamado Color of Change, respaldó a Alvin Bragg en la carrera por el Distrito de Manhattan, el que hoy pretende condenar al expresidente, bajo presión política y electoral sobre la promesa que hizo a sus votantes: acosar, perseguir y encarcelar a Trump.

Soros prometió 1 millón de dólares para apoyar la elección del fiscal Bragg. Según documentos públicos, Soros donó 1 millón de dólares a Color of Change PAC el 14 de mayo. Pero este no fue el único aporte hecho por este controversial señor, cuyas acciones -reconocidas por él mismo- se dedican abiertamente a destruir el sistema capitalista occidental y, en especial, corroer todas las instituciones federales de EEUU y su sistema democrático.

En un artículo de opinión en The Wall Street Journal en 2022, Soros admitió haber “apoyado la elección (y más recientemente la reelección) de fiscales” y fiscales de distrito blandos con la delincuencia y el crimen, todos de tendencia política mal llamada «progresista».

El objetivo es sumamente claro, como afirman Trump y los republicanos: impedir que el Partido Republicano le nomine como candidato a la Casa Blanca en un momento en el que es el indiscutible favorito, con una capacidad de movilización asombrosa y un liderazgo fortalecido.

Según sus abogados, el expresidente, que se encuentra en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, se entregará el martes a las autoridades de Nueva York para escuchar los cargos.

«El presidente no será esposado», dijo Joe Tacopina, uno de los letrados, que teme no obstante que sus adversarios se deleiten «haciéndole desfilar».

Trump se declarará no culpable y hay «cero» posibilidades de que acepte un acuerdo de culpabilidad, adelantó Tacopina.»Eso no va a suceder. No hay delito».

La inculpación el jueves dejó a Trump «conmocionado», dijo su abogado, pero ahora está «dispuesto a luchar».

El propio Trump predijo hace días su inculpación y convocó protestas advirtiendo que podrían desembocar en «muerte y destrucción potencial» en el país.

De pronto se ha reforzado la seguridad en el juzgado del centro de Manhattan donde se espera que Trump acuda.

Otra gran verguenza para Estados Unidos

«¡Solo presentaron este cargo falso, corrupto y vergonzoso contra mí porque apoyo al pueblo estadounidense y saben que no puedo tener un juicio justo en Nueva York!», escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social.

Pero Trump sabe que es un superviviente político nato. Ha superado dos juicios políticos mientras estuvo en la Casa Blanca y parece esquivar otras causas injustas en las que lo han involucrado con la peores intenciones políticas como las supuestas presiones a un funcionario del estado de Georgia durante las elecciones de 2020.

Ahora la actriz porno Stormy Daniels, de 44 años, se presta para el juego político de la izquierda radical, cuando los republicanos han cerrado filas junto a Trump y parecen dispuestos a una contundente respuesta, en medio de las investigaciones que han iniciado contra el FBI, el presidente Joe Biden y su hijo y a otros altos cargos de agencias de inteligencia estadounidenses.

Quizás lo anterior explique en parte la inculpación de Trump a modo de revancha o para poner presión a las investigaciones en curso sobre figuras de la izquierda en EEUU.

Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, estimó que la imputación ha «dañado irreparablemente» al país y su exvicepresidente y posible contrincante para 2024, Mike Pence, lo tachó de «ultraje» que «dividirá aún más» a Estados Unidos.

Es «antiestadounidense», dijo por su parte el gobernador de Florida, Ron DeSantis, otro posible rival.

El presidente del país, el demócrata Joe Biden, que lo derrotó en las urnas en 2020, optó por el silencio porque forma parte del espectáculo: «No tengo ningún comentario sobre Trump», dijo.

Pero la expresidenta de Cámara de Representantes Nancy Pelosi recordó que «nadie está por encima de la ley», algo que debería decirle a Hillary Clinton y sus decenas de miles de corres oficiales borrados, a Andrew Cuomo con su multiples acusaciones de acoso sexual, al propio presidente Joe Biden y a su hijo envueltos en un escándalo de corrupción y de seguridad nacional entre China y Rusia, además del escurridiso Barack Husseim Obama, quien mandara de forma ilegal a rastrear al presidente recien electo en ese entonces Donald Trump.

Pelosi también debería comparecer y explicar el dinero para financiar campañas de demócratas, jueces y fiscales en diferentes estados por parte de enemigos radicales de EEUU como George Soros ¿O acaso la ley es sólo contra los conservadores y quienes defienden el verdadero futuro de EEUU?

La hostilidad y el silencio a la oposición «son intolerables en EEUU»

Lo que diga el exabogado y enemigo acérrimo de Trump, Michael Cohen, resulta totalmente irrelevante como hombre resentido que cumplió tres años de prisión precisamente por mentir a las autoridades federales y otros cargos. Este es el principal testigo del controvertido fiscal de distrito de Manhattan.

Ahora la prensa izquierdista se jacta en rumores y hace de la decisión del jurado de Mahattan la comidilla diaria para continuar el desprestigio del expresidente. Hasta ahora lo único que han logrado con esta estrategia es levantar aún más el respaldo a Trump y demostrar al mundo que la izquierda radical en EEUU sigue con sus planes de «eliminar» y desmembrar todo lo que huela a defensa de los principios conservadores estadounidenses.

La falsedad e hipocresía de la «promesa de unidad» de Biden se clarifica cada vez más como el gobierno más divisivo y destructor de la política y la economía de EEUU. Desde un principio, las 78 órdenes ejecutivas (medidas unilaterales sin respaldo del Congreso) firmadas por Joe Biden dieron la perspectiva de lo que la mayoría del pueblo estadounidense observa ahora; y lo que antes fue un grave peligro -con la censura del presidente de EEUU en redes sociales- ahora avanza como un alarmante sendero de desestabilización, sin precedentes en la historia de Norteamérica.

Si creen que la acusación a Trump arruinará la carrera del expresidente por la Casa Blanca, «están totalmente equivocados», han dicho varios representantes y senadores en el Congreso en Washington.

«Si quieren batalla, dividir aún más al país y optan por la revancha política contra el expresidente republicano Trump, entonces emprenderemos los pasos necesarios para que eso no ocurra», es la conclusión de decenas de importantes miembros del Partido Republicano en diversos medios de prensa y redes sociales.

El congresista federal de Florida, Mario Díaz-Balart, en mensaje en twitter afirmó que “el encausamiento del expresidente Trump por un fiscal radical izquierdista y su farsa de gran jurado, quienes se niegan a encausar delitos violentos en NY [Nueva York], es un ataque muy peligroso y con motivaciones políticas contra el Estado de Derecho”.

Asimismo, afirmó que “silenciar, amenazar y arrestar a candidatos de la oposición es común en las dictaduras autoritarias, pero algo que nunca debemos tolerar en Estados Unidos de América”.

Este es tan sólo uno de las cientos de mensajes de representantes estatales, federales y senadores republicanos en redes sociales y entrevistas por radio y televisión nacionales. La respuesta de los millones de seguidores de Trump han inundado las redes sociales.

Por Leonardo Morales

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