Un grupo que se hace llamar «Shadow Brokers» anunció haber dado a conocer otra herramienta de intrusión cibernética de alto nivel robadas a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), lo que podría ofrecer una mayor comprensión sobre cómo operan los espías estadounidenses en internet.
RAPHAEL SATTER
La filtración revela nombres clave al estilo de la NSA —incluidos «Jackladder» y «Dewdrop»— y porta información de protocolos de internet sobre cientos de organizaciones, muchas de ellas con sede en Japón, China y Corea del Sur, de acuerdo con varios expertos que han examinado los datos.
Matthew Hickey, cofundador de Hacker House —una consultoría de ciberseguridad ubicada en Gran Bretaña-, dijo que es plausible que los servidores hayan sido utilizados como escalas para ayudar a ocultar el origen de las operaciones electrónicas de espionaje.
Lo que es más preocupante para la NSA es que la filtración respalda las afirmaciones de Shadow Brokers de que robaron una serie de ganzúas electrónicas de la agencia, maniobra cuya magnitud todavía no ha sido dada a conocer.
«Esas pueden ser difíciles de generar», indicó Hickey en una entrevista telefónica, y dijo que es «bastante caro hacer reproducciones exactas de todas esas herramientas».
Shadow Brokers ha sido seguido muy de cerca por observadores de inteligencia y especialistas en ciberseguridad desde que el grupo dio a conocer un juego inicial de herramientas de hackeo de la NSA en agosto. La gravedad de la filtración fue confirmada cuando compañías de seguridad se apresuraron a parchar agujeros en su software que salieron a la luz tras la revelación.
The Intercept, una publicación de investigación con acceso a material de la NSA filtrado por el excontratista de inteligencia Edward Snowden, confirmó posteriormente que las herramientas de Shadow Brokers eran de la NSA al confrontar los datos filtrados con información contenida en un manual ultrasecreto que no había sido publicada anteriormente.
No fue posible determinar de inmediato la autenticidad del lote más reciente de material, aunque Hickey dijo que cualquier lote falso tendría que haber sido inusualmente detallado.
Shadow Brokers no devolvió los mensajes que se le enviaron para solicitarle sus comentarios al respecto. La NSA no quiso comentar.
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Deb Reichmann en Washington contribuyó a este despacho.