El dirigente opositor cumple tres años encerrado en la prisión militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, por impulsar la ola de protestas antigubernamentales de 2014
Tres años. Ese es el tiempo que hoy cumple el dirigente opositor Leopoldo López Mendoza encerrado en la cárcel militar de Ramo Verde y las posibilidades de que sea liberado lucen cada vez más lejanas, en especial luego de que el jueves el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) desechara el recurso que la defensa interpuso en noviembre pasado para que le fuera revisada su condena, a casi 14 años de prisión, por impulsar la ola de protestas antigubernamentales que sacudieron a Venezuela en 2014.
Asimismo las autoridades vienen sistemáticamente haciendo caso omiso a las peticiones para excarcelar al exalcalde de Chacao formuladas no solo por organizaciones e instancias internacionales como Amnistía Internacional y el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, sino también por gobiernos de distinto signo ideológico, todos los cuales coinciden en calificar a López como un “preso político”.
El último en sumarse a la campaña ha sido el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el miércoles en la noche recibió en la Casa Blanca a Lilian Tintori, la esposa del opositor.
“Leopoldo se ha convertido en un símbolo y por eso (el presidente Nicolás) Maduro tiene miedo de liberarlo. Leopoldo López se ha convertido en un símbolo de lucha, de esperanza, de fe y por ello es el mayor temor que tiene Maduro”. Esta es la explicación que Carlos Vecchio, mano derecha de López en el partido Voluntad Popular y quien se encuentra exiliado en Miami, da para la actitud del Gobierno venezolano.
No obstante, hasta en el chavismo han comenzado a surgir voces partidarias de excarcelar al opositor. En enero pasado en el site pro oficialista Aporrea, un articulista pidió a Maduro que liberara a López luego de que el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, anunciara indulto al separatista puertorriqueño Oscar Rivera. En 2014 Maduro dijo que permitiría a López volver a las calles si EEUU hacía lo propio con Rivera.
Sin embargo, el mandatario aclaró que su comentario era “jocoso” y que no podía tomarse como una promesa.
En las filas oficialistas son cada vez más los que consideran que el encarcelamiento de López fue un error político. “Era mejor que estuviera en la calle dividiendo a la oposición y no en la cárcel subiendo en las encuestas, además de dañar la imagen de la revolución”, agregó un exministro, quien no obstante aclaró: “Eso no quiere decir que no mereciera estar preso. Ha debido estar preso desde hacía mucho tiempo”.
Dos de tres sondeos publicados entre noviembre y diciembre pasados colocan a López como el líder más valorado del país. En el otro estudio de opinión se encuentra en segundo lugar muy cerca del gobernador de Miranda y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski.
“El ascenso de Leopoldo en las encuestas coincide con su encarcelamiento. Desde mediados de 2014 comanda la preferencias en términos de agrado”, afirmó el analista político Edgard Gutiérrez.
En similares términos se pronunció el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alcarcón, quien aseguró: “No tengo ninguna duda de que la prisión legitimó a Leopoldo López. Hay una relación directamente proporcional entre el costo personal y familiar que ha pagado y la legitimidad que ha ganado”.
¿Pero esto no era previsible, visto lo que pasó con Capriles, quien tras estar unos meses en prisión terminó siendo electo gobernador de Miranda y venciendo al entonces delfín de Hugo Chávez, Diosdado Cabello? “En el Gobierno estaban conscientes de que al encerrar a López se reposicionaría. No creo que no tuvieran ese riesgo medido”, respondió el catedrático, quien agregó: “El Gobierno prefirió tenerlo preso que tenerlo en las calles liderando protestas, aunque el costo fuera alto”.
Alarcón sustentó su hipótesis en un estudio de una universidad estadounidense, el cual arrojó que sólo el 4% de los regímenes personalistas logran democratizarse y de ellos el 70% fue por protestas sociales.
Pese a la decisión del TSJ que en la práctica cerró el caso, la defensa de López seguirá batallando para conseguir su liberación.
“Esto nos abre las puertas a las instancias internacionales, a las cuales acudiremos para solicitar que se restituyan los Derechos Humanos de Leopoldo López”, afirmó el penalista Juan Carlos Gutiérrez, quien indicó que tienen previsto llevar el caso a las Naciones Unidas, aunque no adelantó a cual organismo.
Respecto al fallo, el cual dijo que pudo leer, lo calificó como “el desmantelamiento de lo poco que queda de Estado de Derecho”, pues “el TSJ desestimó un recurso que está sustentado en su propia jurisprudencia”.
Sobre las condiciones de reclusión de su cliente, Gutiérrez indicó que permanece en condiciones casi de aislamiento. “Sigue en un anexo de la cárcel de Ramo Verde, en una torre donde solo hay otro preso, el cual está en otra celda y con el que casi no interactúa. Lo dejan ver a su esposa, hijos y a su madre, siempre y cuando ellas acepten someterse a requisas que implican desnudez. Y esas visitas son suspendidas discrecionalmente”.