jueves, septiembre 21, 2023
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Ser bisexual: quizá, ahora, te esté pasando a ti

La bisexualidad sigue siendo ‘esa desconocida’ para gran parte de la población joven. Hoy Día de la Juventud es una muy buena ocasión para hacernos eco de una realidad que bien describe el joven activista bisexual, Esdras Catari

Fue la primera vez que escuche la frase “soy bisexual”. Inmediatamente identifiqué esas dos palabras con un sentimiento propio. Provenían de la boca de una persona de la que me enamoré perdidamente. Sobre ella, que era etiquetada de alternativa, se decía que lo de su bisexualidad era una estrategia para llamar la atención, que todo era sólo una fase, que estaba experimentando…
Ya antes había llegado al convencimiento de que un gran número de hombres y de mujeres no podía entender eso de que te gusten las mujeres y los hombres. Se acepta que seas maricón o lesbiana, pero, “¿las dos cosas a la vez? ¡Eso no lo entiende nadie!, o al menos no lo entendía gran parte de mi familia. De alguna manera, esa incomprensión se instaló de alguna forma en mi cabeza adolescente, y ni yo lo acababa de entender.

Ante esta situación, pasé mi adolescencia rechazando una parte de mi identidad y permitiéndome sentirme atraído sólo por el sexo opuesto. Sin embargo, había momentos en los que me sentía indefinido, como preso de un sentimiento contradictorio que me invitaba a desear dejarme llevar, pero que al mismo tiempo suponía una lucha conmigo mismo.

Durante toda esa lucha perdí la oportunidad de estar con algunas chicas y con algunos chicos, la confusión seguía constriñéndome. Todo cambió con la primera novia a quien se lo dije, a quien le confesé -más o menos de entrada- que yo era bisexual. Me vas a engañar con otro chico, fue su respuesta, contestación que con el tiempo he descubierto al hablar con otras personas bisexuales que suele ser más común de lo que pudiera imaginarme. Pese a esa primera reacción, al final lo entendió, tanto que terminó aceptando también su atracción hacia mujeres y hombres. Durante ese desarrollo personal, la confusión acabó jugando un papel muy importante, esa confusión que acabó dando paso a la total aceptación y a un rico proceso de aprendizaje.

Decidí salir del armario y aceptar mi atracción hacia los hombres. Decidí vivirlo abiertamente, enfrentar familia, prejuicios, me sentí orgulloso… pero salí como hombre gay. En ese momento no sé objetivamente por qué lo hice, pero así sucedió. Sentí presiones por salir del armario, tenía que confesarlo, sufrí ansiedad, molestia y tristeza. Me declaré gay porque, pese a todo, estaba más cómodo sentado en mi sillón de homosexual viendo pasar de largo los prejuicios hacia la bisexualidad, la bifobia. Desde esa postura sentía cierta seguridad. Como ves, eso de usar la bisexualidad para encubrir la homosexualidad aquí no aplica.

Muchas cosas pasaron después, pero hoy me encuentro feliz con mi orientación sexual y con nombrarla, visibilizarla y explicar qué es lo que creo y siento; y cuento con el respaldo de un novio que lo entiende y que me acompaña.

Lo que intento decirte con toda esta historia es que no creas que va a ser igual para ti. Cuanto más hablemos y reconozcamos la bisexualidad más fácil tendrás tu salida del armario. Aprende también a valorar las oportunidades que conlleva la confusión, aprende a asimilar las experiencias que te ayudarán a construirte. No te asustes de que te guste un compañero de clase y que, al tiempo, te guste una compañera. No tienes que pretender que te gustan de la misma manera, con la misma intensidad, pero no rechaces tus propios sentimientos por miedo, por considerarlos “erróneos”, porque ten claro que si algo te pasa es normal.

Posiblemente de lo que más te arrepientas es de haber creído que tenías que elegir entre homosexualidad o heterosexualidad. Tu atracción es legítima, tu definición es una orientación más, no está en una sola acera, y no es igual para todos, la construyes tú y le pones el titulo que deseas. Yo soy un hombre bisexual y, créeme, que sienta bien reconocerlo.

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