sábado, septiembre 21, 2024
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La recta final de las elecciones más tormentosas de la historia

En la recta final de las más tormentosas elecciones presidenciales en Estados Unidos de la era moderna, Washington se ha quedado vacía este fin de semana. Es la estampida política del siglo. Desde el presidente Barack Obama, pasando por el vice, Joe Biden e incluyendo senadores y congresistas, toda la ‘flora y fauna’ se ha abocado a gastar los últimos cartuchos para conseguir convencer a un electorado entre dividido y escéptico.

Rui Ferreira

Es un fin de semana intenso, con ambos candidatos escrutando prácticamente toda la geografía del este y el medio oeste del país, desdoblándose como pulpos en desplazamientos definidos al último momento por los estrategas en función de los sondeos.

Así, la candidata demócrata Hillary Clinton viene a Pembroke Pines en la tarde de sábado, cuando estaba previsto aparecer en Carolina del Norte. No estará sola. Al mismo tiempo, su compañero de boleta, el senador Tim Kaine agitará las masas también en Florida, concretamente en Melbourne, Sarasota y Ft. Mayers. Tras este viaje decidido a último momento, Clinton irá a Filadelfia, a donde retornará el lunes para el cierre de campaña en un mitin donde participarán Obama y la primera dama, Michelle Obama, y el expresidente Bill Clinton.

Este sábado, Biden volará a Pittsburgh y Filadelfia, así como el antiguo rival demócrata de Hillary, Bernie Sanders, irá a hacer campaña por ella en Colorado Springs.

Del lado republicano, el sábado el magnate Donald Trump irá a Carolina del Norte, uno de los estados caballo de batalla que él necesita obligatoriamente de ganar, junto a Florida. No está previsto que el empresario vuelva a Florida, pero su segundo, el senador Mike Pence se apareció el viernes en la Calle Ocho de la Pequeña Habana en Miami, para un último esfuerzo de motivar el electorado cubano.

En las últimas horas del viernes, Filadelfia ha surgido como un escenario importante para los dos candidatos, a punto de que se cruzaran el fin de semana, al menos en el aeropuerto. La razón es clara: en las últimas horas del viernes, hubo un incremento en la votación adelantada que ambas campañas quieren capitalizar.

El domingo y el lunes el movimiento de las campañas es también abarcador. Obama viene al centro de Florida a hablar en un mitin en Kissimmee, amenizado por el cantante Stevie Wonder. Pence se desplaza a New Hampshire, donde se unirá Ivanka Trump y por poco se cruzarán con Clinton que piensa darse un salto por allí.

Realmente lo que está sucediendo este fin de semana es que Clinton y Trump quieren llegar a dos ‘Américas diferentes’, dos electorados opuestos como dividido está el país. El viernes en Pittsburgh, donde uno en cada tres habitantes es negro o hispano, la exsecretaria de Estado fue particularmente incisiva con su rival, de un modo que da la idea de cómo esta campaña se está volviendo sin cuartel en la recta final.

“Trump es alguien que desprecia a las mujeres, se burla de la gente con deficiencias, insulta a los afroamericanos, Latinos y maldice a los inmigrantes y musulmanes. Donde quiera que vaya la gente se aparta”, dijo la candidata demócrata.

A su vez, de gira por las zonas rurales de New Hampshire con la idea de conquistar el voto de la clase trabajadora blanca, el candidato republicano les ha prometido que Estados Unidos regresará a los viejos tiempos de esplendor. En Atkinson, un área rural del estado a 2.000 millas de la frontera sur volvió a su viejo proyecto. “Vamos a construir un muro entre Estados Unidos y México para ustedes pueden recuperar sus empleos que se perdieron. Hay que cerrar las fronteras, se los digo que es la única solución”, afirmó el magnate en medio del jolgorio de la asistencia que abucheó a Clinton cuando Trump insistió en que su rival defiende un política de fronteras abiertas.

“Sus planes significan generaciones de terrorismo, extremismo y radicalismo a todo lo largo y ancho de nuestras escuelas y comunidades”, ha afirmado. Aun así, a juzgar por los sondeos divulgados el viernes, su camino hacia la victoria es bien estrecho. Tiene obligatoriamente que ganar Florida y Carolina del Norte. A su rival le basta con uno de esos estados. En el estado del Sol, el problema del republicano es que le falta apoyo en las zonas urbanas, en especial entre las mujeres, una característica de esta carrera presidencial donde ambos candidatos tienen muy bien definidos sus apoyos en factores como raza, sexo y trabajo. Una vez más, la economía es el motor de las campañas aunque en las últimas semanas los ataques personales han saltado a primer plano.

El auge de la participación del presidente Obama en la campaña tiene una razón que va más allá de la simpatía que Trump puede haber levantado. Para el mandatario lo importante es su legado, y él cree que para que perdure el magnate inmobiliario no puede llegar a la Casa Blanca.

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