La nube de periodistas desplazada a Brooklyn no logró obtener declaración alguna de Emma Coronel, vestida de negro y protegiéndose el cuello del frío neoyorquino con una bufanda amarilla
Solo cuando Joaquín «El Chapo» Guzmán encontró el rostro de su mujer en la sala, la mirada del exjefe del cártel de Sinaloa dejó de tener momentáneamente la expresión perdida que mantuvo durante la mayor parte de su comparecencia de este viernes ante el juez en Nueva York.
Vestido con el uniforme naranja de los reos y con un suéter azul oscuro por encima, era la primera vez que el narcotraficante mexicano, de 59 años, veía a la exreina de belleza Emma Coronel desde que el 19 de enero por la noche llegó a la ciudad estadounidense extraditado desde México.
«El Chapo» Guzmán, el hombre más buscado durante unos meses tras su sonada fuga de una cárcel mexicana en 2015, no dejó este viernes ver ningún signo de nerviosismo mientras escuchaba el relato de lo que acontecía en la corte por voz de un traductor.
Coronel, de 27 años y madre de sus dos gemelas, estuvo sentada detrás, tras haber viajado desde su país sabiendo que no podría intercambiar palabras con su marido ni verlo a solas. Si nada cambia, la próxima vez que se vean será de la misma manera el 5 de mayo, cuando ha sido fijada la próxima audiencia.
«No quiero hablar por Emma», comenzó diciendo la abogada estadounidense del exjefe de uno de los cárteles más peligrosos de México, pero eso fue lo que hizo la letrada una vez abandonó la corte.
La nube de periodistas desplazada a Brooklyn no logró obtener declaración alguna de Coronel, vestida de negro y protegiéndose el cuello del frío neoyorquino con una bufanda amarilla. Es la tercera compañera sentimental de «El Chapo». Se juntaron en 2007, cuando ella tenía 18 años.
«Creo que tiene que ser muy difícil», manifestó la abogada Michelle Gelernt. «Es la primera vez que (Guzmán y su mujer) se ven desde que fue traído a Estados Unidos y es hasta ahora la única forma en la que se le ha permitido verla», dijo.
Las condiciones del cautiverio en las que se encuentra el narcotraficante son una de las quejas que sus abogados hicieron este viernes ante el juez Brian M. Cogan.
«Está encerrado en una celda 23 horas al día y solo se le permite salir con limitaciones para ver a algunos miembros de su defensa y para una hora de ejercicio al día. Es extremadamente restrictivo», dijo la letrada.
«Creemos que debería obtener permiso para que lo visite su mujer, para hacer llamadas de teléfono a nuestra oficina». Mientras hablaba la abogada, Coronel callaba con expresión serena.
La última vez que la joven apareció públicamente en Estados Unidos, un país del que tiene la nacionalidad, fue a finales de octubre en Washington, donde acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar que la condiciones del cautiverio de su marido en una cárcel de Ciudad Juárez estaban costándole problemas de salud y depresión.
En paralelo, el equipo de abogados de quien llegó a estar considerado como el narcotraficante más poderoso del mundo se afanaba por su parte por evitar su extradición a ese país. No lo logró. El capo lleva recluido dos semanas en el Metropolitan Correctional Center de Manhattan.
Ni un vaso de agua le dieron durante un encuentro de tres horas con el equipo de defensa, se quejó su abogada. En el penal de máxima seguridad, «El Chapo» está estrictamente vigilado para evitar otra fuga como la que protagonizó en 2015 en su país, cuando escapó por un túnel de unos 1.500 metros que iba desde la ducha de su celda hasta una casa vacía. La primera huida carcelaria la había protagonizado años atrás, en 2001.
El proceso será largo. Aún tiene fijarse fecha de inicio del juicio contra él y este puede durar meses. Su defensa cuestiona la legalidad de la extradición porque las peticiones iniciales venían de Texas y California y él fue llevado a Nueva York.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos catalogó en su día a Guzmán como el líder de un «imperio criminal» de tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas que introdujo en el país toneladas de droga.
Sobre el narcotraficante mexicano pende ahora la cadena perpetua como espada de Damocles. La extradición se llevó a cabo bajo condición de exclusión de la pena de muerte.
Pero solo con ser condenado por uno de los 17 cargos contra él -relacionados con tráfico de drogas, posesión de armas, conspiración para cometer homicidios, secuestro y lavado de dinero- podría tener que pasar el resto de su vida en la cárcel.
FUENTE: dpa