La aprobación de la propuesta del juez Neil Gorsuch hecha por el presidente Trump no será una tarea fácil, porque los demócratas han anunciado hace dos días que van a desencadenar un ‘filibusteo’ para retrasarla lo máximo posible
Por RUI FERREIRA
En una ceremonia caracterizada por el suspenso, como si se tratara de un guión televisivo, el presidente Donald J. Trump ha nombrado al juez de circuito, Neil Gorsuch, como su nominado al Tribunal Supremo en sustitución del fallecido juez, el magistrado conservador Anthony Scalia. Si la nominación es aprobada por el senado, el Tribunal Supremo volvería a tener una mayoría conservadora.
“Me siento orgulloso de anunciar la nominación del juez Neil Gorsuch como miembro del Tribunal Supremo. Este ha sido el proceso más transparente y más importante en la selección de un juez al Tribunal Supremo en la historia de nuestro país y quiero que el pueblo estadounidense tenga su voz en esta nominación”, indicó el mandatario.
En su opinión, el juez Gorsuch “posee un intelecto extraordinario, una educación legal sin paralelo, y un compromiso para interpretar la Constitución acorde a su texto. Será un juez supremo increíble tan pronto el senado lo confirme”, agregó el presidente Trump.
Gorsuch, de 49 años, quien preside el Tribunal de Apelaciones del circuito 10, con sede en Denver, Colorado, asistió al acto de nominación acompañado de su esposa Louise, con quien tiene dos hijas menores.
No obstante, la aprobación de la propuesta del presidente Trump no será una tarea tan fácil, porque los demócratas han anunciado hace dos días que van a desencadenar un ‘filibusteo’ para retrasar la aprobación lo máximo posible. “Este es un asiento que ha sido robado. Es la primera vez en la historia que una mayoría en el Senado ha robado un asiento. Vamos a usar todos los recursos en nuestro poder para detener esto”, advirtió el lunes el senador demócrata Jeff Merkley.
Un ‘filibusteo’ implica que Gorsuch necesita el voto de 60 senadores, y los demócratas de 41 colegas que apoyen ese mecanismo de retraso de la nominación para poder llevarlo a cabo.
Esta táctica de obstrucción puede desencadenar el mayor enfrentamiento entre republicanos y demócratas en muchos años ya que, como recordó la también senadora demócrata Amy Klobuchar, la minoría en el senado tiene poderes para bloquear una nominación al Tribunal Supremo, contrario a otros nominados al ejecutivo y al poder judicial.
El senador republicano Ted Cruz no lo niega. “Lo pueden hacer pero no lo van a lograr. Este ha sido el gesto más importante que ha tenido el presidente Trump desde que llegó a la Casa Blanca”, afirmó el excandidato presidencial a la cadena CNN, tras presenciar el anuncio en la Casa Blanca.
Cuando el juez Scalia falleció en febrero del año pasado, el expresidente Barack Obama nominó al Tribunal Supremo a Merrick Garland, juez de circuito del Distrito de Columbia. Sin embargo jamás llegó a ser considerado por el senado controlado por la mayoría republicana que argumentó sería mejor esperar el desenlace de las elecciones presidenciales de noviembre último.
Gorsuch, un graduado de la universidad de Oxford, comenzó su carrera trabajando para varios jueces, entre ellos fue ayudante del juez Anthony Kennedy, en el Tribunal Supremo, un magistrado de pensamiento fuertemente conservador lo cual debe haber pesado en la decisión del presidente al momento de escogerlo por encima del otro finalista, el juez del Tribunal federal de Apelaciones del Tercer Circuito, Thomas Hardiman, con oficinas en Pittsburg, Pensilvania.