La enmienda Johnson fue propuesta a mediados del siglo pasado por el entonces legislador Lyndon Johnson, el demócrata que sucedió en la presidencia al asesinado John F. Kennedy
El presidente Donald J. Trump prometió el jueves “destruir totalmente” uno de los pilares de la separación de la Iglesia del Estado, una enmienda aprobada en 1954 que prohíbe a entidades religiosas involucrarse en actividades políticas so pena de perder la exención en el pago de impuestos.
Durante un desayuno con líderes religiosos, el mandatario se comprometió a acabar con la ‘Enmienda Johnson’ porque Estados Unidos “es un país de libre religión y esa libertad se encuentra hoy fuertemente amenazada”.
“Los voy a librar y destruir totalmente la enmienda Johnson y permitir que los representantes de la fe puedan hablar libremente sin miedo a retaliaciones”, dijo el mandatario.
La enmienda Johnson fue propuesta a mediados del siglo pasado por el entonces legislador Lyndon Johnson, el demócrata que sucedió en la presidencia al asesinado John F. Kennedy.
Sin embargo las pretensiones del presidente dependen del Congreso, el único ente capacitado para anular una enmienda legislativa. Incluso dentro de los republicanos, existen algunas reticencias, preocupados con la intromisión de las iglesias evangélicas en política lo cual pudiera poner en riesgo los planes de reelección de muchos de ellos.
Por otro lado, Trump ha nombrado al líder evangélico Jerry Falwell, presidente de la Universidad Libertad, al frente de un equipo de trabajo sobre educación en las escuelas e universidades, confirmó un portavoz del recinto universitario.
Falwell, hijo de Jerry Falwell Sr., un conocido tele evangelista, se dedicará a contestar las regulaciones que sean emitidas por el Departamento de Educación, principalmente aquellas que obligan a investigar acusaciones de abuso sexual, dijo Len Stevens, el portavoz de la Universidad, en un correo electrónico enviado a la cadena CNN.
El objetivo es acabar con el llamado ‘Titulo 9’, que obliga a las autoridades universitarias a investigar esos delitos. “Es mejor dejar esas cosas a la policía, los abogados y los jueces”, enfatizó Stevens. De ser así, desaparecería también la autonomía universitaria.
Aunque la Casa Blanca no ha querido comentar el nombramiento de Falwell, un funcionario de la administración ha admitido a la agencia Associated Press que el líder evangelista tendrá un papel clave en la definición de la política educacional de la nueva administración.
Trump ha nombrado como secretaria de Educación a Betsy DeVos, una multimillonaria y filántropa fervorosa partidaria de las escuelas ‘charter’, entidades privadas que reciben fondos estatales para recibir alumnos cuyos padres no quieren que vayan a planteles públicos. El nombramiento de DeVos se encuentra congelado en el Senado, donde los demócratas han montado una fuerte barrera por creer que no dispone de condiciones para ejercer el cargo.
Durante las audiencias, cuando el senador Al Franken le preguntó cómo se mide el progreso académico de un estudiante, DeVos no supo contestar. Cuando el senador comentó que ella no estaba calificada, tampoco contestó nada. Sin embargo, abogó por la presencia de armas en las escuelas “para prevenir cualquier eventualidad”. “Yo hago lo que el presidente electo diga y todo gira a su alrededor, pero quiero que sepan que mi corazón y tristeza va hacia las familias víctimas de la violencia de las armas”.