domingo, noviembre 10, 2024
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«Periodismo de Barrio» califica de arbitrario el arresto de su equipo en Guantánamo

La oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) reprodujo un texto de Yamilka Álvarez, directora del periódico local de Guantánamo, Venceremos, negó la acusación y calificó como»show» y «manipulación» el revuelo en las redes sociales alrededor del incidente con los integrantes del proyecto informativo y negó que hayan estado detenidos

DIARIO DE CUBA

El sitio en internet Periodismo de Barrio calificó el domingo de «arbitrario» el arresto de seis de sus integrantes y dos de sus colaboradores el pasado 11 de octubre en Guantánamo. Además, denunció interrogatorios y registros corporales y de sus equipos de trabajo.

Entretanto, la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) reprodujo un texto de Yamilka Álvarez, directora del periódico local de Guantánamo, Venceremos, quien calificó de «show» y «manipulación» el revuelo en las redes sociales alrededor del incidente con los integrantes del proyecto informativo y negó que hayan estado detenidos.

«Recibieron atenciones, nunca maltratos, ni fueron esposados, encarcelados y mucho menos incomunicados», dijo Álvarez.

Ni la UPEC ni Periodismo de Barrio mencionaron el arresto en Baracoa de dos periodistas de DIARIO DE CUBA: Maykel González Vivero, quien pasó tres días en un calabozo sin que se le permitiera comunicarse con su familia y amigos, y Manuel Alejandro León Velázquez, quien estuvo varias horas detenido este viernes y a quien la Seguridad del Estado amenaza con la cárcel.

«Fuimos detenidos por hacer periodismo en Baracoa, en Maisí, en Imías», tres de los municipios más afectados por el huracán Matthew el pasado 4 de octubre, indicó Periodismo de Barrio en una declaración, titulada «¿Quién tiene derecho a contar un país?».

Añadió que los arrestos se produjeron «por hacer o intentar hacer entrevistas» a funcionarios locales, trabajadores, evacuados y otros afectados.

«Quienes llegaron a Maisí fueron interrogados por funcionarios de la Seguridad del Estado en la sede del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba, mientras intentaban obtener autorización para trabajar en la zona. Quienes llegaron a Jamal fueron detenidos en la vivienda donde nos estábamos alojando», precisó el proyecto.

Señaló que el argumento utilizado por las autoridades fue que «en Maisí y en Imías no se podían realizar actividades periodísticas porque todas las poblaciones estaban bajo estado de emergencia»; sin embargo, no existe ninguna resolución del Gobierno que declare tal estado.

El proyecto informativo criticó que «como parte de las medidas adoptadas y nunca anunciadas públicamente por las autoridades cubanas, el ejercicio del periodismo en las zonas afectadas se limitó a aquellos medios que recibieron acreditación para trabajar en el lugar», es decir, los medios oficiales y la prensa extranjera acreditada en el país.

«Allí fuimos interrogados por segunda vez y nuestros medios tecnológicos fueron requisados. Debimos entregar las contraseñas y las cámaras, grabadoras digitales, computadoras portátiles, memorias flash, lectores de libros electrónicos y teléfonos celulares, y estos fueron chequeados durante al menos cuatro horas. Se nos informó que las imágenes y grabaciones de nuestro trabajo en la provincia serían borradas y que los equipos electrónicos se devolverían. Las tres mujeres que forman parte del equipo (…) fueron revisadas físicamente por una oficial para buscar otros medios tecnológicos que hubieran podido ocultar en sus cuerpos, tratamiento que se da a casos predelictivos. Los cinco hombres, no», denunció el proyecto.

Finalmente, «los medios tecnológicos fueron devueltos y ningún archivo vinculado al trabajo fue borrado», señaló.

Los primeros informes, facilitados por familiares y personas cercanas a los miembros del equipo, hablaron de nueve periodistas detenidos.

En su declaración, Periodismo de Barrio criticó que el blindaje del Gobierno, desde la Constitución, contra la existencia de prensa privada, con el pretexto de favorecer los medios públicos, no ha logrado «un ejercicio pleno de las libertades de prensa y palabra».

Tampoco «se ha asegurado el uso exclusivo de los medios al servicio del pueblo, ni se ha evitado exorcizar el demonio que inspiró la prohibición de medios privados: el monopolio. Lo que sí se ha logrado, paradójicamente, es una nueva monopolización de la información, de los discursos periodísticos y de las verdades», dijo el proyecto. «Los canales de televisión, las emisoras de radio, las publicaciones impresas, las editoriales, cambiaron de dueño pero no se socializaron. Socializar no es estatalizar. No existen monopolios buenos y malos. Toda monopolización, la realice el Estado, una persona o una corporación, acaba coartando las libertades», agregó.

«Hacer un ‘socialismo a lo cubano’ adecuado a nuestras circunstancias, no constituye una licencia para violar principios inseparables del socialismo. No se funda una sociedad socialista reproduciendo estructuras de dominación», consideró Periodismo de Barrio.

Más adelante, declaró como su «deber (…) fiscalizar que la Revolución, efectivamente, no deje a nadie abandonado. A menudo, esta frase se usa justo tras el paso del huracán y luego es olvidada por algunos funcionarios públicos encargados de convertirla en panes y tejas», afirmó.

El proyecto resaltó además la reacción de las comunidades afectadas por el huracán ante la presencia de sus periodistas: «Cuando nos íbamos, nos bendecían. Y cuando decían ‘que Dios te bendiga’, estaban bendiciendo nuestras plumas y nuestros oídos, con capacidad para servir de altavoz a sus realidades».

«Éramos los primeros en llegar a ellos. Éramos los únicos. Los diarios estatales (especialmente los medios de Guantánamo) y los medios extranjeros habrían llegado a otros, pero Baracoa, Maisí e Imías son hoy un hervidero de gente que necesita contar sus historias», dijo Periodismo de Barrio, aunque los dos periodistas de DIARIO DE CUBA detenidos estuvieron también en la zona y han publicado sus reportes: Maykel González Vivero: Baracoa, La Playa: ‘A los barrios marginales no viene nadie’ y Manuel Alejandro León Velázquez: ‘Creo que moriré en un albergue’.

«Olvidan oportunamente que hacer periodismo cuesta. En el caso de los medios estatales, el Estado subvenciona el costo de los medios de producción fundamentales. Esto no significa que sean gratis», dijo.

Indicó que utilizó para recaudar los fondos necesarios para el viaje a Guantánamo el servicio online PayPal, «inaccesible en Cuba debido al bloqueo de Estados Unidos hacia la Isla», dijo.

El proyecto condenó «la detención arbitraria de periodistas en cualquier lugar del mundo» y en Cuba. «Al hacerlo, los órganos de la Seguridad del Estado no solo limitan nuestro derecho de expresión y prensa garantizado por la Constitución, sino también la libertad de palabra de cada uno de los individuos que elige hablar con un medio de comunicación», consideró.

Prometió que sus integrantes volverán a Guantánamo «una vez termine el estado de emergencia».

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