En un brevísimo encuentro, la hija de Raúl Castro llamó «moco» a un periodista español que intentó entrevistarla
Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro, ofendió en Madrid a un reportero español, por simplemente trabajar para un medio que no es del agrado del régimen al que ella representa.
Ironías de la política, Castro Espín asistió en la capital española al Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, organizado por las alcaldesas de Madrid y París, Manuela Carmena y Anne Hidalgo respectivamente, e inaugurado hace dos días por Felipe VI, rey de España.
Contrario al comportamiento al que supuestamente deben apelar quienes participan en este tipo de eventos (el título es todo un poema), la funcionaria castrista trató al periodista con el mismo desprecio y la demagogia que aprendiera de su padre, y sobre todo de su tío, Fidel Castro.
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), se negó a atender al reportero cuando éste se identificó como parte del portal digital HispanoPost, donde entre otros temas de actualidad se publican videos de la realidad cubana. Una postura que incomoda muchísimo al régimen, de ahí la molestia de la señora Castro Espín, pues los medios que difunden la verdad son para la dictadura caribeña sencillamente el enemigo.
En un momento del cortísimo diálogo, si le podemos llamar así al penoso encuentro, la representante del castrismo llamó “moco” al periodista. La frase textual, que dirigió al séquito que la acompañaba, fue “Ay, me puede quitar el moco pegao que tengo aquí al lado”, refiriéndose al reportero, quien la había saludado decentemente y le expresó su interés por preguntarle sobre Venezuela. Pero como puede verse en el video de HispanoPost, la hija del dictador declinó responderle. “Por qué te has enojado”, le dijo el periodista, a lo que Castro respondió con ironía, “! Yo estoy tan contenta!”.
Su respuesta, el tono hipócrita y el gesto que acompaño a su frase, hizo pensar que, además de evidentemente molesta porque no quería ser abordada por un medio que no alaba a su dictadura, tal vez estaría “tan contenta” porque en el citado Foro habría logrado filtrar el enmascarado mensaje del castrismo.
O quizás porque en Venezuela (algo que no le iba a responder al periodista) Nicolás Maduro, asesorado por los gendarmes de la dictadura que comanda su padre, Raúl Castro, están reprimiendo a los ciudadanos que han salido valientemente a las calles a ejercer su derecho a protestar, dejando un gran saldo de heridos y varios muertos. Eso seguramente la alegra, pues bien sabe que el terror, tal como lo han implantado en Cuba, es una de las más fuertes herramientas del totalitarismo. Por supuesto que la hace muy feliz pensar que si con métodos violentos logran contener al pueblo venezolano, Maduro seguirá en el poder, y con él la autocracia cubana, a cuya élite ella pertenece.
Si en Cuba cualquier reportero independiente pretende hacer algo mínimamente parecido a lo que hizo el reportero de HispanoPost, los guardaespaldas de la hija del dictador lo callan al instante, lo desaparecen del lugar con la vehemencia “revolucionaria” que caracteriza a los represores del castrismo, lo meten a un calabozo, no sin recibir una golpiza, y hasta posiblemente termine en la cárcel acusado de cualquiera de los delitos políticos que ha inventado ese sistema que representa Mariela Castro.
Es sin duda bochornoso el comportamiento de ésta señora, propio de su innombrable camarilla militar-familiar. Pero igual de ignominioso es ver cómo que en España, al igual que en otros países democráticos, la reciben como si fuera alguien honorable, incluso como si realmente se tratase de una funcionaria de un gobierno legítimo y no la representante de una dinastía que ha dispersado por Latinoamérica el virus del socialismo del siglo XXI, que tanto daño ha causando a la región y que incluso sigue amenazando con penetrar España a través de sus más férreos admiradores y discípulos en Europa, el movimiento de izquierda radical Podemos.
Mientras los gobiernos democráticos, y muchas veces peligrosamente liberales, sigan legitimando a la cúpula del castrismo, los cubanos de a pie, cada vez más solos, seguirán acorralados no sólo por un régimen antidemocrático y represivo de casi seis décadas, sino también por el contubernio, o el silencio cómplice, que es casi lo mismo, del occidente civilizado que ha optado por ser políticamente correcto, aunque esa postura vaya en contra de las libertades y los derechos humanos.
Sirva el video del reportero español de HispanoPost para recordarle al mundo, una vez más, la terrible y vergonzosa realidad que viven los cubanos, de la cual este incidente, censurado para quienes viven en la Isla, es una sólo una pequeña pieza.