El diario «Estado de Sao Paulo» adelantó el martes detalles de la explosiva lista en la que figuran grandes nombres de la política brasileña
El presidente de Brasil, Michel Temer, reclamó este miércoles que se permita trabajar al Gobierno y al Legislativo, un día después de que el Tribunal Supremo autorizara investigaciones por corrupción contra ocho ministros y decenas de parlamentarios.
«No podemos jamás paralizar la actividad legislativa. Tenemos que dar seguimiento al Gobierno, a la actividad legislativa y judicial», dijo Temer durante un discurso en Brasilia, en el que eludió sin embargo abordar las investigaciones aprobadas contra un centenar de políticos, entre ellos varios aliados y miembros de su Gobierno.
La noticia sacudió en la tarde del martes a toda la clase política brasileña. La máxima corte del país comunicó entonces que el juez a cargo de la megacausa de corrupción «Lava Jato» («Lavado de autos»), Edson Fachin, autorizó investigaciones contra 74 políticos aforados, en base a denuncias hechas por la constructora Odebrecht.
Las denuncias se basan en revelaciones sobre el pago de sobornos y otros delitos hechas por 78 ejecutivos de Odebrecht, acusados en varios escándalos de corrupción, en su cooperación con la Justicia.
El diario «Estado de Sao Paulo» adelantó el martes detalles de la explosiva lista en la que figuran grandes nombres de la política brasileña.
La lista incluye a 24 senadores y 42 diputados en activo, entre ellos los presidentes de las dos Cámaras parlamentarias, así como a ocho ministros de Temer, varios gobernadores regionales y los cinco ex presidentes vivos (José Sarney, Fernando Collor de Mello, Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff).
En total, la llamada «lista de Fachin» incluye a 108 personas, entre políticos desaforados y otros que no tienen inmunidad, que serán investigadas por corrupción.
Las sospechas van desde haber recibidos sobornos de Odebrecht hasta el ingreso ilegal de fondos de la compañía en sus campañas electorales.
Odebrecht está envuelta desde hace meses en escándalos de corrupción en todo el continente. La mayor constructora de América Latina admitió en diciembre haber pagado desde 2001 más de 785 millones de dólares en sobornos a políticos y funcionarios en una decena de países de la región. Brasil está en el centro de las investigaciones.
Las acusaciones podrían alcanzar incluso al propio Temer. La Justicia brasileña debe juzgar pronto acusaciones de que la fórmula electoral con que Temer ganó las elecciones de 2014 como candidato a vicepresidente de Dilma Rousseff recibió financiación ilegal.
En caso de que sea declarado culpable, Temer, que sustituyó a Rousseff en la presidencia tras el «impeachment» contra la mandataria en agosto del año pasado, podría ser él mismo destituido
FUENTE: dpa
