jueves, marzo 28, 2024
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La economía cubana se estanca, mientras el gobierno cierra puertas a negocios con EEUU

La economía cubana cerrará el año con una contracción, según expertos, pero el gobierno de la isla parece dar pasos atrás en su reforma económica y en la apertura de negocios con Estados Unidos.

Nora Gámez Torres

Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera soltó la bomba en en la Feria Internacional de La Habana, que comenzó el lunes, al sugerir que al cierre del 2016 la economía cubana podría no llegar a crecer ni siquiera el uno por ciento alcanzado en el primer semestre.

“Cuba atraviesa limitaciones financieras coyunturales. Esto ha afectado el ritmo de crecimiento del PIB en el primer semestre, que ha sido menor de lo esperado. Y esas limitaciones comprometen las proyecciones para el cierre del año”, señaló el ministro en la apertura del evento con participación de 73 países y una docena de compañías de EEUU.

El periódico oficial Granma editó los comentarios del Ministro y dejó fuera su pronóstico sobre el crecimiento, mientras destacaba a Venezuela, China y Rusia como socios comerciales presentes en la Feria.

Sus declaraciones no sorprendieron, pues desde principios del 2016 se vaticinaba un peor año para la economía cubana, con una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto del 2 por ciento, la mitad de lo alcanzado en el 2015. El gobierno rebajó aún más el estimado en julio, a un 1% cuando admitió el impacto en la economía de la disminución de los suministros de petróleo venezolano y que no podría pagar a sus acreedores en el segundo semestre del año.

“La situación de Venezuela nos impacta extraordinariamente, pero lo curioso es que eso se sabe desde hace tiempo, y se venía advirtiendo”, comentó al Nuevo Herald el economista cubano Omar Everleny. Esta misma semana trascendió que una refinería operada como una empresa mixta cubanovenezolana en Cienfuegos redujo su producción a la mitad este año, tras la caída en el suministro de petróleo desde ese país.

Pavel Vidal, profesor de la Universidad Javeriana en Colombia y autor de un índice para medir la economía cubana (CSETI) estima incluso que el año cerrará con una contracción del PIB.

“La actualización de Cuba Standard Economic Trend Index (CSETI) hasta septiembre del 2016 no deja duda de los problemas de balanza de pagos por los que atraviesa la economía cubana y confirma las proyecciones hacia una desaceleración y posible recesión en la actividad económica”, comentó Vidal a el Nuevo Herald.

El economista estima que el PIB caerá este año en alrededor de 1 por cientocon una disminución del 17 por ciento en las inversiones y del 3 por ciento en el consumo.

Everleny explicó que “el primer semestre de la economía cubana es el que más crece siempre. Es la temporada alta del turismo, que son 3 meses, y la zafra que se termina en mayo. Esto quiere decir que cuando [el crecimiento en] el primer semestre es 1%, es difícil sobrepasarlo en el año”. A ello se suma los recortes “de los planes de empresas por falta de combustibles” y “la política del gobierno de ponerle más controles al sector no estatal”.

Este mismo mes, el gobierno anunció que no otorgaría más permisos para abrir nuevos restaurantes privados conocidos como “paladares”. Dueños de 129 paladares o cafeterías recibieron advertencias sobre “tendencias negativas” en esos establecimientos, mientras las autoridades cerraban populares clubes nocturnos privados en La Habana como el Shangri-La y El Sarao.

Los paladares florecieron de nuevo en el país a partir de una serie de cambios introducidos por Raúl Castro, que su gobierno llama la “actualización del modelo económico”. La reciente medida parece ponerle freno al desarrollo del empresariado privado en la isla, al que EEUU ha decidido apoyar como parte de su política de “empoderamiento” de actores no estatales en la isla. Entre otras medidas adoptadas por la actual Administración para favorecer a este sector se encuentra la autorización para exportar directamente a los cuentapropistas y las ventas online de productos a los cubanos, ninguna de las cuales ha sido permitida por Cuba.

La Feria, a la que asiste una delegación de la Cámara de Comercio de EEUU, trajo otras malas noticias para las compañías estadounidenses interesadas en invertir en Cuba. El primer proyecto de inversión con capital 100% estadounidense, para ensamblar tractores en una fábrica en el Mariel, se fue a pique. Las autoridades cubanas le dijeron al fundador de la compañía Cleber LLC, Saul Berenthal que abandonara sus planes de construir tractores en Cuba sin más explicaciones, según reportó AP.

Rosenthal había compartido su entusiasmo apenas hace unas semanas en Miami, cuando comunicó durante una conferencia sobre negocios en Cuba que había recibido una licencia de EEUU que le habría permitido, además, vender productos para la agricultura y la construcción directamente a empresas estatales cubanas.

La inversión de Cleber requería que el gobierno cubano tomara demasiados riesgos ideológicos, opina John Kavulich, director del US-Cuba Trade and Economic Council. Aceptar el proyecto “se percibiría como que el país está aceptando los estatutos, reglamentos y políticas actuales de los Estados Unidos. Que se han rendido”, dijo.

“Se sienten seguros de que con las subvenciones, los préstamos, la reestructuración de las obligaciones existentes, los proyectos centrados en la energía, los ingresos de los visitantes de los Estados Unidos y otros países, el gobierno tendrá la capacidad de mantener su resistencia a un compromiso comercial y económico significativo con las empresas basadas en Estados Unidos”, agregó.

Malmierca reconoció que Cuba estaba lejos de su meta de captar $2,500 millones anuales en inversión extranjera, con 83 proyectos aprobados por un valor aproximado de $1,300 millones desde la aprobación de la nueva ley de inversión extranjera en el 2014.

Sin embargo, en las últimas semanas el gobierno cubano ha dejado claro que no piensa avanzar en una relación comercial con Estados Unidos mientras no se levanten las restricciones restantes del embargo, que tiene efectos “intimidatorios” para las compañías de otros países, según declaró el canciller cubano en la ONU recientemente. Malmierca reiteró en la apertura de la FIHAV que el embargo se mantenía como el principal obstáculo para unas relaciones normales entre ambos países.

“No es mentira que la inversión extranjera se frene por el embargo, pero ese no es el único problema. Hay empresas de otras latitudes que se quejan que el gobierno cubano se demora excesivamente en darle la aprobación, es decir hay empresas que han presentado proyectos y no se aprueban”, opinó Everleny.

Vidal y su equipo de la revista Cuba Standard realizan periódicamente una encuesta sobre el clima de negocios en Cuba. Aunque el embargo es citado por más de la mitad de los encuestados, “del segundo al tercer trimestre del 2016 los dos obstáculos que más crecieron fueron: la ‘burocracia del gobierno cubano’ (de ser señalado por 55.1 por ciento de los encuestados pasó al 73.3 por ciento) y las ineficiencias de las empresas estatales (de 31.6 por ciento aumentó 45 por ciento)”, explicó el profesor.

En esta difícil coyuntura, el gobierno ha insistido en que pagará la deuda renegociada con los miembros del Club de París y otros países, con un primer pago ya realizado en octubre. Malmierca reiteró a los empresarios reunidos en la Feria que Cuba cumpliría con sus obligaciones.

“Realmente tiene un impacto en la economía el tener que pagar los compromisos contraídos en la condonación de las deudas”, valoró Everleny, pero el factor principal que ha impedido el crecimiento es, en su opinión, la ineficiencia de la economía centralizada cubana. “Ya está más que demostrado que la empresa estatal sola no funciona en ningún lugar del mundo”

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