El galardón premia los esfuerzos del mandatario en el proceso de paz con las FARC
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2016 por sus esfuerzos en el proceso de paz acordado con la guerrilla de las FARC. El Comité Noruego del Nobel de la Paz ha destacado del mandatario la «fortaleza» necesaria para afrontar la «tarea» del proceso de paz abierto con la guerrilla tras más de 50 años de conflicto. «Pese al voto en el referéndum», ha manifestado la portavoz del comité Kaci Kullmann Fiveen en relación al rechazo en el plebiscito a los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y la guerrilla, Santos ha contribuido siempre «al final del conflicto». El plebiscito, con un voto negativo del 50,21% de los que depositaron su papeleta, y una abstención del 62%, se celebró el pasado 2 de octubre. El premio consta de ocho millones de coronas suecas, unos 837.000 euros.
El fallo, anunciado a las 4.20 de la madrugada, hora de Colombia, ha pillado al país aún dormido. El galardón no se esperaba. Han pasado cinco días desde que los colombianos decidieron rechazar los acuerdos de paz. El resultado se había considerado razón de peso suficiente para explicar y asumir que la candidatura, que en un primer momento compartían el propio Santos, el jefe de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, y cinco víctimas, quedara relegada.
«El referéndum», ha continuado Kullmann Fiveen, «no fue un voto contra la paz». «Los que votaron no, no rechazaron el deseo de paz sino un acuerdo específico de paz». Noruega, que alberga el comité que falla este galardón, ha sido precisamente un país facilitador en el proceso de paz abierto hace cuatro años en La Habana entre Santos y la guerrilla.
«Ese resultado ha generado una gran incertidumbre sobre el futuro de Colombia. Hay un riesgo real de que el proceso de paz se paralice y de que estalle de nuevo la guerra civil, lo que hace todavía más importante que todas la partes, encabezadas por el presidente de Santos y el líder de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, mantengan el respeto al alto el fuego», recalcó la portavoz del comité. Tanto Santos como Londoño han manifestado tras el referéndum su disposición a mantener el acuerdo. El presidente colombiano ha reunido ya a los principales responsables políticos, entre ellos a Álvaro Uribe, principal artífice del no al acuerdo.
En Colombia, la preocupación está en la nueva mesa de diálogo nacional a la que acuden cada día, desde el miércoles, Santos, tres delegados del Gobierno y otros tres representantes del Centro Democrático liderado por Uribe. En las calles, también ajenos a las deliberaciones del Nobel, los ciudadanos comenzaron el mismo miércoles a ejercer presión social con una gran marcha en 14 ciudades, que solo en Bogotá consiguió reunir a unas 100.000 personas.
El Comité Noruego señaló además que el galardón es «un homenaje al pueblo colombiano que, a pesar de todos los abusos sufridos, no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa y a todas las partes que han contribuido a este proceso de paz». En esta ocasión se habían presentado 376 candidaturas, de las que 148 eran organizaciones y 228 eran personas. Se trata de una cifra récord, que supera a las 278 recibidas en 2014.
Además, el comité se mostró convencido de que Santos «ha acercado de forma significativa hacia una solución pacífica el sangriento conflicto» en su país y que ha sentado las bases para el desarme verificable de las FARC y un «proceso histórico de reconciliación y hermanamiento nacional». «Sus esfuerzos para promover la paz cumplen por tanto los criterios y el espíritu de la voluntad de Alfred Nobel», aseguró el comité. El premio, argumentó el jurado, trata de animar «a todos aquellos que tratan de lograr la paz, la reconciliación y la justicia en Colombia».
Desde que se entregó por primera vez en 1901 se han concedido 96 galardones a un total de 129 premiados. En 2015, el Nobel de la Paz recayó en el Cuarteto Nacional de Diálogo de Túnez por su «contribución a construir una democracia plural» en el país tras la revolución de 2011. El Cuarteto estaba integrado por dos sindicatos, un colegio de abogados y la Liga Tunecina para la Defensa de los Derechos Humanos.