La sucesión del gobernante cubano Raúl Castro podría ser menos clara de lo que se pensaba.
Por Nora Gámez Torres
Declaraciones de Mariela Castro Espín sugieren que hay más de un candidato para sustituir a su padre, quien dijo que su último mandato como presidente de los consejos de Estado y de Ministros concluiría en el 2018.
“¿A quién quiero para el futuro del país? No tengo la menor idea. En todos los que yo miro veo virtudes y defectos, incluyendo en mi papá”, dijo Castro a estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana el viernes por la tarde. “El pueblo es el que tiene que decidir. No tengo un preferido pero hay varias personas con cualidades. Todavía no me voy a pronunciar, estoy observando”, dijo, según un reporte de la agencia Cubanet.
No se pudo verificar de modo independiente las supuestas declaraciones aunque la cuenta en Twitter de la Facultad de Comunicación, que estaba reportando el evento, publicó, y luego borró, lo siguiente: “@CastroEspinM en @fcomUH: Dirigir un país es difícil. No tengo preferido o preferida para el 2018. Hay quien me gusta, pero sigo observando”.
Los cubanos no votan por el presidente, sino por representantes locales del Poder Popular y diputados a la Asamblea Nacional. Con la constitución de una nueva Asamblea en febrero del 2018, los diputados deberán elegir al presidente de los consejos de Estado y de Ministros. Durante muchos años, Fidel Castro y luego su hermano Raúl, fueron elegidos por unanimidad.
El ascenso de Miguel Díaz-Canel a primer vicepresidente —en sustitución de José Ramón Machado Ventura, relegado a vicepresidente— había sugerido que el ingeniero de 57 años que fue ascendiendo en el Partido Comunista de Cuba (PCC) sería el candidato más probable, pero no pueden descartarse otras figuras poderosas en el escenario político cubano, entre ellos otros miembros de la familia Castro.
Aunque con poca presencia en la prensa cubana, el coronel Alejandro Castro Espín, hermano de Mariela y jefe de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, ha recibido mayor atención tras conocerse su papel en las negociaciones con el gobierno de Estados Unidos para canjear prisioneros y restablecer relaciones.
Raúl Castro, por su parte, pareció echar un cubo de agua fría a las aspiraciones presidenciales del actual segundo secretario del Partido Comunista, Machado Ventura, durante el pasado Congreso del partido en abril del 2016. El gobernante propuso limitar la edad de quienes ocupen altos cargos políticos y de gobierno, así como los períodos en funciones.
“No es un asunto personal, yo estoy como ellos, tengo 85 años, soy uno de los más viejos, no tanto como Machado. Es el veterano mayor, yo creo,” dijo el gobernante durante una tensa sesión.
Machado, un conservador que “odia a Díaz-Canel”, según una fuente que promueve la política de acercamiento con Cuba, cumpliría 88 años en el 2018. Sin embargo, Castro se abstuvo de actuar inmediatamente y dijo que las medidas se implementarían en los próximos cinco años.
Durante una reciente gira por Europa, el canciller Bruno Rodríguez también ha realizado declaraciones que han enrarecido aún más el tema, al decir que Castro no tiene ninguna obligación constitucional de dejar sus cargos.
“La ley cubana, como en muchos países, contempla la elección indefinida. No obstante, conozco las posturas públicas del presidente en el sentido de considerar los procesos de revisión constitucional o legislativa para establecer alguna limitación al número de mandatos. Sin embargo, aún no existen enmiendas constitucionales en ese sentido”, dijo al Diario de Noticias de Portugal.
“Desde el punto de vista de la Constitución y de la ley electoral, no hay restricciones a la reelección indefinida”, contestó a una pregunta sobre si Castro podría ser nuevamente candidato, si se deterioran las relaciones con Estados Unidos.
En una entrevista con un canal de televisión español, el alto diplomático rehusó comentar sobre la sucesión de Castro y se limitó a decir que “habrá que esperar a las elecciones para conocer sus resultados”.
Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), fue a la Facultad de Comunicación a hablar sobre los derechos de la comunidad LGBTI en Cuba, aunque dijo que no le gustaba “hablar de comunidad LGBTI, sino personas LGBTI. Con comunidad excluimos, cerramos”.