A pocas semanas del despegue de los primeros vuelos comerciales de Estados Unidos a Cuba tras una pausa de más de 50 años, las empresas de vuelos fletados de la Florida que viajan a la isla empiezan a sentir que tienen sus días contados.
“No es posible poder competir con una aerolínea enorme, nuestra escala es diferente”, dijo el sábado a Efe Emily Sánchez, portavoz de Cuba Travel Service (CTS).
Esta compañía es una de los cinco más grandes que han llenado el vacío de viajes a la isla durante décadas de alejamiento entre ambos países, y comenzará poco a poco a eliminar sus rutas a Cuba a medida que empiecen a operar los 110 vuelos comerciales a este país aprobados por el Departamento de Transporte (DOT) de Estados Unidos.
Sánchez aseguró que “no tiene sentido continuar” porque van a haber muchas aerolíneas, con varios destinos a Cuba, y no cree que habrá una demanda de pasajeros suficiente.
“Creo que entre las aerolíneas se van a tener que pelear a ver cuál gana”, dijo,
De hecho, las solicitudes de las compañías aéreas para vuelos regulares diarios a La Habana triplicaron la cifra de 20 que ambos gobiernos acordaron.
Caitlin Harvey, portavoz del DOT, explicó a Efe que durante este “verano anunciarán la decisión final” sobre las aerolíneas que viajarán a la capital cubana desde 10 ciudades de Estados Unidos, rutas que previsiblemente comenzarán a operar a finales del año.
Por lo pronto, el DOT ya escogió seis aerolíneas que harán 90 vuelos diarios desde cinco ciudades norteamericanas a 9 de Cuba (excepto La Habana), incluida la ruta Fort Lauderdale-Santa Clara, que JetBlue tiene previsto inaugurar el 31 de agosto si La Habana lo autoriza.
Será el primer vuelo comercial entre ambos países después de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, que comenzó en diciembre de 2014 y se concretó en julio de 2015, cuando las secciones de intereses en Washington y La Habana comenzaron a funcionar como embajadas.
Será un hecho histórico que además marcará la suerte de compañías como CTS, que se enfocará ahora en la venta de paquetes turísticos a Cuba, que incluye el alquiler de vehículos, trámites de visa, y además asesorará a las aerolíneas.
“Vamos a ayudarlas a entrar en el mercado”, explicó la portavoz de CTS, que eliminará en septiembre una de sus rutas a Cuba, la de Tampa, de un total de 21 vuelos semanales que hace a la isla.
Como CTS, que transporta unas 100,000 personas al año a Cuba, otras empresas como Marazul, Havana Air, Gulf Stream, Island, Travel & Tour y ABC Charters, han servido durante décadas a la comunidad cubana y a turistas.
Algunas como Cuba Travel Service, enfatizan más ofertas turísticas, mientras otras han orientado sus servicios a “reunificar” a las familias cubanas en ambas naciones.
Todas además asesoran a cubanos sobre los permisos de entrada a la isla, y a los estadounidenses sobre las 12 categorías de viaje que permite el gobierno estadounidense en su intento de suavizar el embargo económico que impone Washington a La Habana y que prohíbe a sus nacionales viajar como turistas a Cuba.
Sheila González, de la agencia de viajes DMC de Miami, dijo que hay “conmoción” entre estas empresas porque “no saben qué va a pasar” o qué precios de pasajes van a manejar.
Se prevé que la entrada de las grandes aerolíneas significará una reducción en los precios de los pasajes a Cuba que ofertan las empresas de vuelos fletados, que según Sánchez, de CTS, ahora oscilan entre $350 y $450 desde Tampa o Miami a La Habana.
“Las tasas de aterrizaje en Cuba van a ser más bajas para las aerolíneas comerciales que para nosotros, que ahora son de unos $45 por pasajero”, explicó Sánchez.
Señaló además que debido a la gran oferta, las aerolíneas tendrán que bajar aún más los precios, lo que no podrán hacer los vuelos fletados.
JetBlue, una aerolínea de bajo costo, anunció tarifas de ida desde $99, que incluyen el seguro de salud que el gobierno cubano exige.
Este nuevo escenario ofrecerá más opciones a los viajeros, que en su gran mayoría saldrán desde los aeropuertos de Miami-Fort Lauderdale, Nueva York-Nueva Jersey y Tampa, zonas que en ese orden concentran la mayor cantidad de inmigrantes cubanos, y pronto también la mayor cantidad de vuelos comerciales.
El DOT aclaró que en materia de vuelos fletados, éstos son ilimitados y que en ese caso ellos sólo regulan la asignación de frecuencias.
González explicó que algunas de estas compañías van a trabajar con las aerolíneas y que otras quizás podrán compensar la competencia con la venta de paquetes turísticos, “aprovechando que en Cuba no se puede pagar con tarjeta de crédito”.
“Puede haber millones de vuelos, pero los viajeros no pueden entrar a Cuba si no caen en alguna de las 12 categorías”, dijo Sánchez, de CTS. En ese sentido, dijo que no ven a las aerolíneas como “competencia” sino como una oportunidad para trabajar en conjunto.
La apertura de rutas aéreas y de cruceros, telecomunicaciones, algunas importaciones y el correo postal son las áreas en las que más han avanzado las relaciones entre Cuba y EEUU, antes de una normalización bilateral plena.