Dennis Anderson, profesor de Gestión de la Información del St. Francis College de Nueva York, explica las diferencias con el Big Data aprovechado por Obama en 2008 para ganar las primarias demócratas
VERÓNICA EGUI BRITO
Hillary Clinton aprendió de su Comandante en Jefe, Barack Obama, no solo a dirigir la nación sino a conquistar a los electores a través de una estrategia digital que ha servido como marketing político para propagar su plan de Gobierno. El Big Data aprovechado por el entonces senador de Illinois le ayudó a ganar las primarias demócratas en 2008 a quien hoy es la primera mujer en convertirse en candidata presidencial, y ella ha sabido usarla a su favor -esta vez- aunque con matices.
“Clinton también está utilizando la gran estrategia de datos, solo que no es tan visible como lo hizo Obama en su campaña. Él se concentró en el compromiso de base, y ella en el compromiso de arriba hacia abajo, la razón: no tiene el apoyo de los jóvenes que pueden hacer las bases en los estados de batalla”, advierte Dennis Anderson, profesor de Gestión de la Información del St. Francis College de Nueva York.
Anderson explica que las diferencias no solo se fundamentan en la edad de los votantes que busca atraer, sino en el hecho de que Clinton no conecta con el electorado común, y es por eso que cuenta principalmente con las segregaciones de las celebridades para atraer a la gran audiencia. “Ella tiene un mapa claro de los estados de batalla pero la forma de luchar en esos estados es muy diferente de la estrategia que usaba Obama”, acota.
Con la organización Obama for America se diseñaron en 2008 algoritmos a través del Big Data determinando las probabilidades de cada votante del país votará por Obama, realizando entre seis y once mil entrevistas semanales para evaluar sus preferencias, patrones, perfil, registros públicos de votación, y contactos con campañas anteriores.
“La innovación de Obama consistió en utilizar la tecnología para movilizar recursos, definir la estructura, la campaña y el mensaje. Pero ahora conocemos mejor cómo la gente toma decisiones, ha habido una revolución en el uso del big data en esta campaña, que permite saber con precisión quién es tu votante, cómo lo movilizas y a través de qué canal de comunicación. Nos permite segmentar y personalizar el mensaje en función del que lo recibe“, explicó recientemente Juan Verde, colaborador de la Campaña de Hillary Clinton, en entrevista al diario El País.
Sin embargo, el equipo de campaña de Clinton también quiere aprovechar el uso de Facebook por parte de sus partidarios para establecer comunicación no solo con ellos, sino con potenciales electores, que sean sus amigos.
En 2012, el presidente Obama utilizó una herramienta que mostraba detalle de los amigos de sus fans en Facebook y los contactos de sus seguidores. Actualmente la campaña de Clinton la recrea, permitiendo que sus voluntarios establezcan contacto con potenciales votantes que conocen a través de esta red.
La herramienta que usaba la campaña de Obama en Facebook fue prohibida en 2014 alegando que «la gente no se sentía cómoda que su información sea compartida», pero el equipo de Clinton la actualizó, al instalar la aplicación en el iPhone le permite al usuario sincronizar su lista de amigos con la red social, dándalo indirectamente a ellos la posibilidad de acceder a la lista.
De acuerdo al portal Politico, la aplicación ha sido descargada más de 150.000 veces y en el último recuento, los usuarios estadounidenses de Facebook tenían un promedio de 340 amigos. Mediante la combinación de fans y sus amigos, el equipo de la campaña está apostando a aproximarse a millones de personas en los últimos días previos a la elección.
Mientras que las aplicaciones que usa su oponente, Donald Trump ofrece solo herramientas rudimentarias para que sus partidarios establezcan contacto con sus amigos, con un post para todos (sin segmentación) llamándolos a «unirse al tren Trump».
Aunque podría pensarse que Trump ha fracaso en su estrategia en redes sociales, en realidad su equipo ha sido muy eficaz en los medios sociales, incluso más que el de Clinton. “Han destruido la credibilidad de Clinton a través de sostener su campaña en redes sociales. La estrategia de Trump no se concentra en la ampliación de su base, sino en la disminución de la credibilidad de su contrincante, por lo que él tiene más éxito en el uso de los medios sociales”, estima Anderson.
Trump ha estado apostando por mostrar una imagen negativa de Clinton, al tiempo que espera que haya gran abstención, pero aunque pierda las elecciones ahora tiene una enorme base de datos de decenas de millones de personas, que podría usar después para construir un negocio en los medios, idea que surgió durante las primarias republicanas cuando el showman se mostró molesto por la cobertura que le daba Fox News.
«Los partidarios Trump realmente no tienen un medio de comunicación donde se sienten representados. CNN ha sido contraria a él, MSNBC también lo es, y Fox está en algún punto intermedio. Nuestra gente (votantes/ simpatizante) se ha organizado increíblemente bien en la web. Reddit tuvo, literalmente, que cambiar sus reglas, ya que se estaba convirtiendo en todo Trump. El crecimiento de la huella digital nos ha permitido llevar su mensaje directamente a la gente“, explicaba una fuente de Bloomberg sobre la estrategia del magnate a menos de dos semanas de los comicios.
Aunque no está claro cuánta de esta audiencia digital se mantenga con Trump si pierde, el número es sustancial. «Trump obtendrá el 40% de los votos, y la mitad de ese número por lo menos va a comprar su afirmación de que la elección fue fraudulenta y le ha sido robado», dice Steve Schmidt, jefe de la campaña de John McCain presidencial en 2008. «Eso es más que suficiente gente para apoyar un negocio de los medios de miles de millones de dólares y una presencia poderosa en la política estadounidense», afirmaba para Bloomberg.