Las autoridades lo apodaban “El Fantasma”.
Sergio N. Cándido
Durante casi tres décadas, Aníbal Mustelier se desplazó sigilosamente por las calles del sur de la Florida, dejando a su paso una estela criminal que incluyó intentos de asesinato, extorsión, y uno de los robos de bancos más grande en la historia de Miami. Se sospecha también que fue sicario de Fidel Castro.
Este delgado y diminuto inmigrante cubano — solamente 5 pies, 4 pulgadas de estatura, y 135 libras de peso — hoy de 66 años logró evadir a la policía de Miami, a varias agencias federales como el FBI, y a la Interpol, convirtiéndose en una figura legendaria cuyo perverso currículo delictivo le valió un episodio en el programa de televisión “America’s Most Wanted” (Los más buscados de Estados Unidos).
Muchos creían que Mustelier estaría en Venezuela u Honduras, donde fue detectado por agencias internacionales en diferentes ocasiones a través de los años; incluso se especulaba que podría haber regresado a Cuba, que no tiene un tratado de extradición con EEUU y se cree tiene nexos con el gobierno castrista.
Pero el fugitivo más buscado de los últimos años se escondía a plena luz del día, llevando adelante una vida “humilde” en una casa color crema de una planta, ubicada a solo unos pies de la estación del Metrorail de Hialeah.
La búsqueda de Mustelier terminó el domingo, luego que las autoridades locales lo arrestaran en su residencia en conexión con los robos de dos joyerías y el intento de robo de una tercera en el último año, informó el martes en una conferencia de prensa el Departamento de Policía de Hialeah.
“Cuando revisamos sus antecedentes nos dimos cuenta que fuimos a pescar por un mero, y atrapamos una ballena”, dijo Carl Zogby, vocero de la policía de esa ciudad. “Este es un personaje muy, muy peligroso”.
Zogby dijo que Mustelier, que usaba una identidad falsa bajo el nombre Francisco Rodríguez, era el líder de una pandilla de ladrones profesionales que se dedicaba al robo de joyas y a la venta ilegal de armas.
El hallazgo se dio después de una investigación en la que detectives de Hialeah, con la ayuda de un informante, lograron infiltrar la banda criminal.
El primer atraco fue el 30 de mayo del 2013 a Luany Jewelry, ubicada en el 1738 W 49 St, de donde se hicieron con un botín de artículos valorados en aproximadamente $100,000. Luego robaron el 3 de septiembre de ese año a la tienda Ariel Jewelry, del 2476 W 60 St, y se llevaron joyas por $160,000.
El modus operandi era casi siempre el mismo: Los ladrones estudiaban sus blancos por semanas, enfocándose en joyerías que tuvieran a su alrededor tiendas vacías o estructuras de fácil acceso. Atacaban normalmente por la mañana, cuando el dueño o encargado del negocio se disponía a abrir la tienda. Uno de los bandidos se quedaba vigilando desde afuera, mientras los otros irrumpian con máscaras y pistolas a través de la pared conectada al inmueble vecino. Luego golpeaban y amordazaban a todos los presentes, y huían con los objetos de valor por el hueco.
“Presentíamos que iban a matar a alguien en cualquier momento”, dijo Zogby. “Estaban armados y listos para disparar”.
Las cosas no salieron como ellos esperaban en el tercer intento de robo.
De acuerdo con documentos proporcionados por la policía, la pandilla hizo un agujero en el techo y logró meterse el domingo 7 de agosto en el salón de belleza D&J Nails, localizado en el 1550 W. 49 St., al lado de la joyería Real Deal Jewelry. La idea era hacer un agujero en la pared y repetir el plan de los asaltos anteriores, pero cuando comenzaron a perforar la pared que conectaba los negocios cortaron por error los cables del servicio eléctrico, dejando sin electricidad al centro comercial.
La mañana siguiente fueron avistados por el dueño de la joyería cuando se disponía a abrir el negocio, y fue entonces que los malhechores decidieron abortar el robo.
El incidente fue narrado en detalle por José Pineda, cómplice de Mustelier, a un informante de la policía de Hialeah, lo que llevó a su arresto y al subsecuente desmantelamiento de la banda.
Pineda, de 25 años, fue detenido la noche del domingo 14 de agosto junto a su novia Yamile Díaz Bernal, de 27 años e involucrada en los robos, en el Motel Hialeah, ubicado al 555 E. Okeechobee Road.
Horas más tarde, la policía allanó la casa de Mustelier, en el 256 E. 21 St, donde detuvieron al cerebro de la operación. Allí encontraron pistas que conectaban al hombre con los robos a las joyerías y que indicaban que él quizás no era un simple ladrón: pistolas, esposas como las utilizadas para sujetar a sus víctimas, radios policiales, joyas todavía en sus exhibidores de vidriera, un chaleco antibalas, y un pasaporte e identificaciones falsas.
Cuando las autoridades de Hialeah contactaron a agentes federales, se dieron cuenta que casi sin querer habían dado con un fugitivo que hacía más de dos décadas se encontraba en la lista de los más buscados del FBI.
Mustelier está detenido en el Centro Correccional Turner Guilford Knight y enfrenta varios cargos de robo a mano armada, privación ilegítima de la libertad, y robo mayor. Se le ha negado el derecho a fianza por los asaltos a las joyerías de Hialeah.
Un cuarto integrante de la banda, Etiam Regalado Salup, de 24 años, todavía se encuentra prófugo.
Por su parte, el alcalde Carlos Hernández felicitó al cuerpo policial y dijo que Hialeah “es la ciudad más segura de la Florida”.
La Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) buscaba a Mustelier desde 1989 por conspirar para cometer un asesinato, el Cuerpo de Alguaciles de EEUU por extorsión en 1995, y el FBI y la policía de Miami por el robo de banco en 1996.
Ari Shapira, agente especial de ATF dijo sentir alivio con la detención de Mustelier.
“Conozco a los agentes que trabajaron el caso original, no es una exageración decir que es uno de los individuos más buscados del país”, aclaró Shapira.
Mustelier fue uno de los partícipes el 17 de agosto de 1990 de un atentado con explosivos contra Francisco Condom-Gil, conocido como Frank Condom, un veterano de la invasión de Bahía de Cochinos quien además había sido arrestado en 1973 por narcotráfico.
Condom-Gil, de 55 años, estaba en el asiento del chofer de su Accura Legend estacionado frente a su casa en Coral Gables cuando explotó la bomba. Los atacantes no pudieron adherir los explosivos al auto y los dejaron en la calle.
El año anterior había sido víctima de otro intento de asesinato en La Pequeña Habana, donde fue herido en el brazo tras sobrevivir una ráfaga de disparos de ametralladora.
Condom-Gil atribuyó el atentado a su militancia anticastrista y no a su pasado criminal, según artículos de archivo del Miami Herald.
Además, Mustelier es sospechoso de por lo menos dos asesinatos en la ciudad.
El hombre arrestado el domingo por la policía de Hialeah es también la mente maestra detrás de un osado robo de joyas por $5 millones en 1996 de un banco en Brickell.
El plan para robar las cajas de seguridad — rentadas por una compañía de empeño de Hialeah — incluyó la fabricación de llaves, abrir cerraduras con ganzúas, meses de estudio del sistema de seguridad del banco SunTrust, y emplear a alguien en el banco para que los ayudara desde adentro.
Los ladrones llenaron dos bolsas sobre ruedas con 8,000 piezas de joyería que pesaban por lo menos 400 libras y salieron del banco.
Tres personas fueron arrestadas en conexión con el robo al año siguiente, y otros tres quedaron prófugos, incluyendo Mustelier.
Fue después del gran robo que Mustelier desapareció del radar de las autoridades, escapando probablemente a Honduras.
“Enviamos a gente allí, pero no pudimos encontrarlo”, dijo el detective de la Policía de Miami, Tony Mir, en declaraciones al Miami Herald en el 2001, cuando notaron que Mustelier habría vuelto a ingresar a EEUU a través de la frontera con México con papeles falsos. “El rumor era que estaba trabajando para Fidel Castro”.
Zogby dijo que está por verse qué sucederá con el ladrón una vez que esté bajo la custodia de las agencias federales que lo buscaron por tanto tiempo.
“Estará tras las rejas por un largo tiempo”, dijo Zogby. “Finalmente se le acabó la suerte”.