viernes, marzo 29, 2024
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Bolsonaro insinúa que los incendios en la Amazonia son provocados por ONG

El Instituto Nacional para la Investigación Espacial, la agencia federal que monitorea la deforestación y los incendios forestales, informó que este año ha habido una cantidad récord de incendios forestales en Brasil: 74.155

Una agencia oficial del gobierno brasileño reportó un fuerte aumento en los incendios forestales en el país este año, y el presidente Jair Bolsonaro insinuó el miércoles, sin aportar pruebas, que las organizaciones no gubernamentales podrían estar provocándolos para hacerlo ver mal.

El Instituto Nacional para la Investigación Espacial, la agencia federal que monitorea la deforestación y los incendios forestales, informó que este año ha habido una cantidad récord de incendios forestales en Brasil: 74.155 hasta el martes. Eso es un incremento de 84% en comparación al mismo período del año pasado. Bolsonaro asumió la presidencia el 1 de enero.

«Quizás –y no lo estoy afirmando– estas (personas de las ONG) están llevando a cabo acciones criminales para atraer la atención en mi contra, contra el gobierno de Brasil», dijo Bolsonaro en un video publicado en su cuenta de Facebook.

Cuando los reporteros le preguntaron su tenían alguna evidencia, el presidente respondió que no tenía ninguna.

“Hay una guerra en el mundo contra Brasil, una guerra de información”, declaró.

Este mes, el director del INIE fue orillado a dejar su cargo después de refutar las acusaciones del presidente acerca de que los datos sobre deforestación habían sido manipulados para manchar la imagen de su gobierno.

Los estados que han sido más afectados este año son Mato Grosso, Pará y Amazonas –todos en la región amazónica– y representan el 41,7% de todos los incendios.

«Es muy difícil que haya incendios naturales en el Amazonas; sí los hay pero la mayoría ocurren debido a la mano del hombre», dijo Paulo Moutinho, cofundador del Instituto de Estudios Ambientales de la Amazonia.

Moutinho, quien ha estado trabajando en la selva amazónica durante casi tres décadas, dijo que los incendios son mayormente usados para limpiar vastas áreas de terreno para el cultivo o la tala.

Los incendios pueden salirse fácilmente de control –especialmente en temporada de estiaje– y expandirse a zonas boscosas protegidas.

Este año, la escasez de lluvia en el Amazonas no ha sido grave, dijo Moutinho.

«Tenemos suerte. Si hubiéramos tenido sequías como las de los últimos cuatro años, esto podría ser peor», dijo.

Bolsonaro, quien una vez amenazó con retirar a Brasil del acuerdo climático de París, ha atacado repetidamente a las organizaciones ambientales, a las que ve como obstáculos para su plan de aprovechar todo el potencial económico del país, incluso las zonas protegidas.

El presidente brasileño y el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, son cercanos al poderoso grupo de legisladores rurales en el Congreso y han estado abogando por más oportunidades económicas y desarrollo en la región amazónica, a la que consideran demasiado protegida por las leyes actuales.

Algunas ONG, ambientalistas y académicos responsabilizan a las políticas a favor del desarrollo de Bolsonaro por el alto incremento de deforestación en la Amazonía, como indican los últimos datos del INIE.

La comunidad internacional también ha presionado al gobierno brasileño para que proteja la vasta selva amazónica de la tala y la minería ilegal. El boque tropical del Amazonas es conocido como el pulmón del planeta porque absorbe una gran cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera.

Citando la aparente falta de compromiso de Brasil para combatir la deforestación, Alemania y Noruega han decidido retener más de 60 millones de dólares en fondos asignados a proyectos de sostenibilidad en la selva brasileña.

Líderes de Alemania y Francia también han amenazado con no ratificar un acuerdo comercial entre la Unión Europea y países del Mercosur para presionar a Brasil para que cumpla con las promesas ambientales que hizo como parte del Acuerdo Climático de París.

Pero expertos dicen que Brasil y especialmente los agricultores podrían ser las primeras víctimas de la excesiva deforestación, que podría afectar el clima regional, elevando las temperaturas y disminuyendo las lluvias.

Entre tanto, Salles fue abucheado el miércoles cuando subió al escenario de un taller de cinco días de la ONU sobre cambio climático en el estado de Bahía, en el norte de Brasil, un evento que trató de cancelar a principios de este año.

Algunas personas del público gritaron mientras ondeaban carteles que rezaban: «Paren el ecosuicidio» y «El Amazonas está ardiendo».

Salles habló brevemente, diciendo que es necesario enfrentar el cambio climático.

En el mismo evento, el exministro de Medio Ambiente de Perú, Manuel Pulgar Vidal, dijo que “los ciudadanos han empezado a reclamar. … (Hay un) reconocimiento de que estamos en una situación de crisis y emergencia».

Pulgar Vidal, quien ahora trabaja para la organización sin fines de lucro WWF, dijo que la crítica dirigida hacia Salles podría eventualmente empujar al gobierno de Bolsonaro a tomar medidas sobre el cambio climático.

«No hay lugar para negacionismo», puntualizó Vidal.

FUENTE: Con información de AP

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