En los últimos meses Putin ha insistido en la importancia de que las elecciones parlamentarias sean limpias y su legitimidad no suscite dudas entre los ciudadanos, como ocurriera en los anteriores comicios de diciembre de 2011
EFE
El presidente ruso Vladímir Putin llamó este jueves a los ciudadanos a acudir a las urnas en las elecciones legislativas del 18 de septiembre, en una alocución retransmitida por la televisión.
«Confío en que asuman una postura cívica que sea responsable y equilibrada. Les llamo a acudir a las urnas, a votar y a manifestar su postura», dijo.
Putin, que viajó este jueves a la anexionada península de Crimea con el líder del partido del Kremlin, Dmitri Medvédev, subrayó que, «independientemente de las opiniones políticas, participar en unas elecciones es un deber para todos».
«Es una muestra de los auténticos sentimientos que uno tiene hacia su país y de preocupación sobre su futuro. Elijan, voten», agregó.
Se mostró «convencido» de que todos los rusos están interesados en la entrada en la Duma o Cámara de diputados de «gente digna, competente, enérgica y honesta, capaz de cumplir la voluntad popular».
Diputados capaces de «garantizar la estabilidad, el desarrollo y la concordia nacional, y dispuestos a estar unidos a la hora de defender los intereses de Rusia», insistió.
Además, destacó que «todos los participantes (en la campaña electoral) han disfrutado de las mismas condiciones para una competencia justa».
En los últimos meses Putin ha insistido en la importancia de que las elecciones parlamentarias sean limpias y su legitimidad no suscite dudas entre los ciudadanos, como ocurriera en los anteriores comicios de diciembre de 2011.
Entonces, las numerosas denuncias de fraude contra el partido del Kremlin, Rusia Unida, desembocaron en las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la URSS.
La nueva presidenta de la Comisión Electoral Central de Rusia, Ela Pamfílova, prometió hoy dimitir si se pone en duda la limpieza de los comicios.
En cambio, el líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov, denunció que la actual campaña es la más sucia que recuerda desde la caída de la Unión Soviética en 1991.
Según las últimas encuestas de intención de voto divulgadas este lunes, el partido del Kremlin cuenta con un 41 % de intención de voto, un mínimo histórico, debido a la impopularidad de Medvédev y al impacto de la crisis económica.
En 2011 la formación oficialista logró menos del 50 % de los votos por listas de partidos, pero en esta ocasión la mitad de los escaños se repartirán por circunscripciones electorales, lo que favorece al partido del poder.
La oposición extraparlamentaria tiene casi imposible acceder al arco parlamentario y la única sorpresa sería que los comunistas perdieran en favor de los ultranacionalistas el segundo lugar, que mantienen desde mediados de los años 90, ya que sólo un 7,4 % de los rusos estarían dispuestos a apoyarlos, según los sondeos.
Como sospechaban sus propios partidarios, el adelanto de las elecciones ha supuesto un duro revés para los comunistas, ya que sus votantes, en su mayoría pensionistas, descansan en la «dacha», o casa de campo, hasta la llegada del invierno.
A diferencia de otras ocasiones, las elecciones presidenciales no se celebrarán tres meses después de las parlamentarias, sino en 2018, aunque cada vez son más intensos los rumores de que Putin las adelantará a 2017 debido a la recesión.