El presidente Barack Obama redujo el miércoles las penas de cárcel a 214 presos federales, entre ellos 67 que cumplían cadena perpetua.
La Casa Blanca afirma que es la mayor cantidad de reducciones de penas carcelarias efectuadas en un solo día en más de un siglo. Casi todos los presos beneficiados habían sido arrestados por transgresiones no violentas vinculadas a drogas.
Con estas, asciende a 562 el total de penas de cárcel que Obama ha reducido. La presidencia afirmó que esa cifra es mayor a la suma de la lograda por todos los nueve presidentes anteriores. Casi 200 de éstos estaban cumpliendo cadena perpetua.
El asesor legal de la Casa Blanca Neil Eggleston declaró que Obama otorgará más sobreseimientos en los meses que le quedan en la Casa Blanca. Explicó que los presos fueron arrestados bajo leyes anticuadas y excesivamente estrictas.
La mayoría de los presos beneficiados serán puestos en libertad el 1 de diciembre.
La mayoría de los presos habían sido condenados por transgresiones vinculadas a cocaína, metanfetaminas u otras drogas, aunque algunos por posesión de armas. Casi todos son hombres, aunque representan una diversidad de regiones del Norteamérica.
La campaña de Obama en reducir las penas de cárcel por delitos no violentos se atañe a su idea de que Estados Unidos debe reformar normas judiciales excesivamente duras que desde hace décadas colocan tras las rejas a decenas de miles de individuos. Obama ha usado su poder presidencial de conmutar penas para presionar al Congreso a que apruebe una reforma de las leyes penitenciarias.
«Todos los individuos beneficiados el día de hoy —encarcelados bajo leyes anticuadas y excesivamente duras— encarnan la creencia del presidente de que Estados Unidos es la tierra de las segundas oportunidades», escribió Eggleston en su blog.
Añadió que Obama evalúa cada solicitud de clemencia de manera individual, para determinar la reducción apropiada y medidas adicionales, como si el preso necesita más tratamiento contra la drogadicción, más programas educativos o más asesoramiento psicológico. Llamó al Congreso a aprobar una reforma del sistema judicial para lograr «un cambio duradero en el sistema federal».
Los presidentes suelen otorgar indultos, sobreseimientos o exoneraciones con más frecuencia al final de sus períodos, y allegados del mandatario aseguraron que habrá más medidas similares en los meses siguientes.