May tiene previsto activar antes de que acabe marzo el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que permite a un país abandonar el bloque europeo tras unas negociaciones que pueden extenderse hasta dos años
La reina Isabel II de Inglaterra firmó este jueves la ley que autoriza a la primera ministra británica, Theresa May, a iniciar las negociaciones oficiales para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
La monarca tiene que ratificar formalmente todas las leyes antes de que entren en vigor. Su aprobación («royal assent») está considerada una mera formalidad.
May tiene previsto activar antes de que acabe marzo el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que permite a un país abandonar el bloque europeo tras unas negociaciones que pueden extenderse hasta dos años.
Por el momento no se ha fijado ninguna fecha para presentar la solicitud en Bruselas. Los medios británicos indican que se podría hacer la última semana de marzo.
Se espera que May defina sus posiciones en la negociación cuando invoque el mencionado artículo. En enero anunció que su país abandonará el mercado único y la unión aduanera, además de dejar de someterse a la legislación del Tribunal de la Unión Europea. Londres quiere además negociar con la Unión Europea un «amplio acuerdo de libre comercio».
Una vez que se inicien las negociaciones, las partes tendrán 18 meses para llegar a un acuerdo, que luego deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo y adoptado por el Consejo Europeo. May podría someterlo también a la ratificación del Parlamento británico.
La ley del «Brexit» se aprobó el lunes en el Parlamento tras seis semanas de debates. El trámite parlamentario fue necesario después de que el Tribunal Supremo del país dictaminase que la última palabra sobre cuándo iniciar las negociaciones la tenía el foro legislativo.
En tanto, May consideró hoy que «no es el momento» para discutir un referéndum sobre la independencia escocesa porque podría poner en peligro las negociaciones del «Brexit».
El lunes, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, anunció que la próxima semana pedirá la aprobación del Parlamento regional para un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia de Reino Unido.
En una entrevista con ITV News, May dijo hoy que el debate sobre una consulta en Escocia representaría una distracción para las próximas negociaciones con la UE sobre el «Brexit».
«Justo en este momento todas nuestras energías deberían estar centradas en las negociaciones con la Unión Europea sobre nuestra futura relación. Estar hablando sobre un referéndum de independencia hará más difícil que podamos lograr el mejor acuerdo para Escocia, el mejor acuerdo para el Reino Unido», dijo la premier británica.
«Deberíamos estar trabajando juntos, no separados», añadió. «Ahora no es el momento».
Por su parte, Sturgeon respondió en Twitter que negar un segundo referéndum sería «antidemocrático» y que su Partido Nacional Escocés (SNP) tiene un claro mandato para convocar a una nueva votación.
A la vez, aclaró que el SNP no quiere celebrar ahora una consulta, sino «cuando los términos del Brexit (estén) claros y antes de que sea demasiado tarde para elegir un camino alternativo».
Detrás de la posible votación está el interés de Escocia de permanecer dentro de la UE. En el referéndum del «Brexit» de junio pasado, más del 60 por ciento de los votantes en Escocia apoyó quedarse en el bloque. La salida de la UE fue aprobada por el 52 por ciento en el Reino Unido e Irlanda del Norte.
En el último referéndum sobre la independencia escocesa en 2014, el 55 por ciento de los votantes se opuso a la separación de Escocia. Las últimas encuestas de opinión apuntan a que actualmente la opción de mantenerse dentro del Reino Unido es apoyada por una cifra algo menor.
FUENTE: EFE