Un producto natural capaz de endulzar a la perfección con menos calorías y enormes beneficios para el organismo, especialmente los huesos y los dientes
El xilitol es un alcohol de azúcar presente en una fibra vegetal llamada xilano y, aunque técnicamente es un carbohidrato, su enorme ventaja para el organismo es que no altera la glucosa en la sangre, característica que lo convierte en un substituto ideal para endulzar bebidas y alimentos.
El también llamado azúcar de madera es un producto natural que se extrae para su producción comercial de los árboles de abedul, a través de un proceso de hidrogenación de xilosa, razón por la cual resulta un tanto costoso.
Este substituto del azúcar tiene una dulzura y un sabor similar al de la sacarosa, aunque su valor calórico es de apenas 2,4 calorías por gramo. Se disuelve en la boca en contacto con la saliva, y provoca un ligero efecto frio, debido a sus propiedades endotérmicas que le hacen absorber el calor de una manera similar al mentol.
No se trata de una sustancia desconocida para nuestro cuerpo, que tiene la capacidad para producir hasta 10 gramos por día de xilitol al metabolizar los hidratos de carbono. Y en líneas generales, un tercio del azúcar de abedul que consumimos cada día es absorbido por el hígado, el resto, se va al aparato digestivo donde se descompone por la acción de las bacterias intestinales hasta convertirse en ácidos grasos.
Oficialmente, el xilitol se conoce desde el año 1891, gracias al trabajo del químico alemán Emil Fischer, quien 11 años más tarde recibió el premio Nobel de Química por su investigación sobre el azúcar y las sustancias purinas. Sin embargo, casi en forma simultánea, el químico francés MG Bertrand lograba producir una especie de jarabe de xilitol, y es por eso que se considera que el descubrimiento del azúcar de madera proviene de dos vertientes.
Este polialcohol no se hizo popular sino hasta la década de los sesenta, cuando fue aprobado para consumo humano y se le clasificó como un edulcorante no carcinógeno. Años más tarde, en 1986, la Federación de Sociedades Estadounidenses de Biología Experimental confirmó a la Administración de Alimentos y Fármacos que el consumo de xilitol era seguro, y desde entonces, otras agencias reguladoras como el Comité de Expertos sobre Aditivos de Alimentos de la Organización Mundial de la Salud y el Comité Científico de Alimentos de la Unión Europea, la han dado luz verde.
Aunque el xilitol está reconocido por el Gobierno de EEUU como un aditivo seguro, se ha comprobado que consumir más de 40 gramos al día, puede provocar desagradables efectos secundarios, y es que este alcohol de azúcar al ser digerido lentamente en el intestino grueso tiene el mismo efecto que la fibra, provocando un efecto laxante. Adicionalmente, su consumo excesivo es capaz de generar gases, malestar estomacal e hipoglicemia.
Ahora bien, más allá de este contratiempo, lo cierto es que cada día es más común el uso del xilitol en la cocina, especialmente en la preparación de postres, dada su capacidad para mantenerse estable a altas temperaturas y caramelizar tras varios minutos a temperatura de ebullición. También es excelente para endulzar el café, el té y las bebidas en las que normalmente se usa sacarosa.
Por eso no extraña que actualmente se consigan en el mercado helados, chocolate, caramelos y goma de mascar endulzados con xilitol, producto que está igualmente presente en jarabes, suplementos, mentas para el aliento, espráis nasales, pastillas para la garganta, cremas dentales y enjuagues bucales.
A diferencia de la sacarosa, el xilitol no es cariogénico, es decir no produce caries. Y hay más, la Asociación Dental de California considera que cuando este alcohol de azúcar natural es consumido en pequeñas cantidades como edulcorante, puede incluso ayudar a prevenir las caries. Este beneficio lo ha hecho muy popular en Europa y muy especialmente en Finlandia, donde todos los chicles que se comercializan están endulzados con xilitol.
Como si esto fuera poco, el xilitol está altamente recomendado para aquellas personas con síndrome metabólico, hipertensión e hipercolesterolemia, pues este producto se absorbe mucho más lentamente y no promueve la hiperglucemia. Además este polizaucar es un potente gliconutriente, su índice glucémico es de 7, mientras que el del azúcar normal es de 100, lo que quiere decir que tiene un poderoso efecto antienvejecimiento.
Beneficios
Ralentiza el vaciamiento gástrico, lo que genera una sensación de saciedad y estabiliza la glucosa.
Disminuye hasta en un 85% el riesgo de caries
Inhibe la formación de placa y de sarro
Remineraliza los dientes y huesos.
Es un producto seguro para los pacientes diabéticos
Mejora la flora intestinal y el sistema inmunológico.
Frena el crecimiento del estreptococo eneumoniae, bacteria frecuente en la otitis media.
Contrarresta los efectos de los ácidos bacterianos.
Ayuda a controlar el nivel de triglicéridos.
Permite combatir el envejecimiento de la piel
Reduce la grasa abdominal.