jueves, diciembre 5, 2024
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Asesinato de cubanas complica situación en barrio de Madrid marcado por la inmigración

Emilia Hernández Pérez no sale de su asombro. No quiere ni oír ni hablar del fatal suceso que ocurrió el 22 de junio a solo unos metros de su restaurante La Parrilla.

Úrsula O’Kuinghttons

Un triple homicidio que se llevó la vida de dos cubanas y un ecuatoriano en el bufete de abogados Euroasia. Hernández Pérez, nacida en Ávila, pero que reside hace más de 29 años en el distrito de Usera, dice que el barrio ha cambiado mucho.

Y tanto que ha cambiado. La calle Marcelo Usera, el eje del distrito, ubicada unos 10 kilómetros (6.2 millas) al sur de Madrid, siempre ha sido una vía muy comercial. En la actualidad la mayoría de los negocios los regentan extranjeros, principalmente chinos. Hasta hace unos años, época de fuerte migración latinoamericana hacia España, al caminar por la zona se escuchaba un multicultural abanico de acentos de gente de Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y República Dominicana. En las calles destacaban las tiendas de alimentación y de ropa latina, peluquerías, agencias de viajes, y muchos locutorios, un negocio que fue desapareciendo tras la crisis económica que comenzó en 2008, y con ello, el retorno de muchos inmigrantes a sus países de origen. Por la misma época, la población de Usera solía votar a la izquierda. Algo que cambió en las pasadas elecciones presidenciales, celebradas el 26 de junio, cuando el presidente en funciones del Partido Popular, Mariano Rajoy, obtuvo la mayoría de votos. Un hecho absolutamente insólito en el distrito, que, de momento, no le asegura la presidencia a Rajoy, ya que deberá pactar entre varios grupos políticos.

El silencio de los vecinos del barrio procede del temor a que este crimen haya sido producto de una vendetta de mafias de narcotraficantes. El dueño del despacho, Víctor Joel Salas Coveñas, un abogado peruano, de 37 años, quien fue fiscal antidrogas en su país, era objetivo del homicida que acudió a su oficina el pasado 22 de junio para ajustar –posiblemente– una cuenta pendiente con él.

Sin testigos ni imágenes, en la era de cámaras en los teléfonos móviles, los investigadores del Grupo V de homicidios de la policía judicial, barajan diversas hipótesis para determinar el motivo de la matanza. Una resolución que parece muy complicada.

Aunque con lupa trabajan los peritos para recabar pistas de un crimen que no ocurría hace más de una década en la capital de España. Época que por un tiempo proliferó el sicariato colombiano en la región, siendo la muerte del narcotraficante colombiano Leónidas Vargas, que fue asesinado con una pistola con silenciador en el hospital 12 de Octubre (muy cerca de Usera), uno de los hechos más destacados en 2009.

Las víctimas del fatal suceso son las cubanas Elisa Consuegra, de 33 años, ex mujer de Salas Coveñas que acababa de homologar su título de abogada en España, y su secretaria y ayudante, Maritza Osorio Riverón, de 46. Aparentemente el criminal discutió y se enfrentó a las trabajadoras. Al escuchar los gritos, el ecuatoriano John Pepe Castillo Vega, de 43, que acudía al despacho para recoger una documentación, trató de defenderlas, siendo acuchillado y golpeado. Para no dejar rastro, el homicida prendió fuego a los cuerpos de las victimas y huyó. Dejó muchas interrogantes sueltas. En un barrio que trata de prosperar, pese a la fuerte crisis que ha sacudido al país.

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