viernes, marzo 29, 2024
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Trump enfrenta primera escaramuza con el Congreso

Los copartidarios del Presidente le han exigido que presente pruebas sobre las acusaciones de que Obama intervino teléfonos durante la campaña presidencial

A menos de dos meses de llegar a la Casa Blanca, el presidente Donald J. Trump ha protagonizado la primera escaramuza con el Congreso. Y aunque el Congreso está controlado en sus dos cámaras por los republicanos, los propios copartidarios del Presidente en estos momentos han puesto sobre el tapete el análisis de su credibilidad.

“El presidente tiene hasta el lunes para presentar pruebas de lo que ha dicho. Tiene dos posibilidades o se retracta o presenta las pruebas”, afirmó el fin de semana el senador republicano John McCain. Resulta que el mandatario dijo a inicios de la semana pasada que el expresidente Barack Obama ordenó intervenir los teléfonos de la Trump Tower durante la campaña presidencial. Pero no ha presentado pruebas.

Este lunes, la Casa Blanca mantuvo un bajo perfil toda la jornada sobre la exigencia del Congreso, que pudiera iniciar una investigación sobre la alegación. En esto los republicanos están divididos. El congresista David Nunes, que preside el comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, quiere que la investigación sea hecha por el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Sin embargo, por la división que hay entre sus propias filas, no pudo impedir que el comité estableciera el plazo del lunes para presentar las pruebas.

El congresista demócrata, Adam Schiff, también integrante del Comité de Inteligencia, dijo este lunes que no espera “que vayamos a ver cualquier prueba”. Otros dos congresistas republicanos también miembros del comité y consultados por CNN, afirmaron que tampoco han visto ninguna prueba.

Cuando la cadena CBS preguntó al republicano líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, si había visto alguna prueba del pinchazo [de los teléfonos] la respuesta no podía ser más directa: “No”.

El asunto aparenta ser tan nebuloso que el mismo director de la agencia federal de investigaciones, James Comey, no cree que la intervención de los teléfonos haya sucedido, ya que ningún presidente tiene potestad para ordenarlo, si no que compete únicamente a un juez a instancias del mismo FBI. De hecho, cuando se reunió con el ‘Comité de los 8’, un grupo de senadores de los dos partidos miembros del Comité de Inteligencia de la cámara alta, los únicos autorizados a recibir informaciones confidenciales, según versiones no confirmadas, Comey dijo no haber visto ninguna prueba y agregó que tampoco creía en ello.

La presión del Congreso parece ser tan fuerte y delicada a la vez, que durante el fin de semana y en la mañana del lunes, la asesora principal del presidente, Kellyanne Conway, comenzó a darle un vuelco al asunto sugiriendo en una entrevista con el columnista Mike Kelly que la vigilancia a la campaña de Trump pudiera ser más amplia, incluso con el uso de microondas y aparatos de televisión. Pero, tal como Trump, Conway tampoco aportó ninguna prueba.

“Lo que puedo decir es que hay muchas formas de vigilarnos unos a otros. Se puede vigilar a alguien a través de sus celulares, sin duda a través de los televisores, hay muchas formas, como microondas que se transforman en cámaras. Todos sabemos que esto es un hecho en la vida moderna”, afirmó Conway.

Lo interesante de este vuelco es que la exdirectora de campaña de Trump introdujo una serie de detalles que aparecieron en las filtraciones de los documentos de la CIA por parte de WikiLeaks, publicados la semana pasada, donde se barajan formas de vigilancia pública de ese estilo. Antes de las filtraciones los republicanos jamás esgrimieron ejemplos como esos para defender la falta de pruebas por lo aseverado por el mandatario.

En la rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, intentó desviar los disparos hacia el presidente. Sin negar que el mandatario tenga una responsabilidad de responder al Congreso, afirmó que el pedido de las pruebas sobre los supuestos pinchazos “debe ser respondido por el Departamento de Justicia”.

“El pedido ha sido hecho al Departamento de Justicia. Solo ellos pueden responder”, si se cumpliría con el límite para entregar las pruebas sobre el supuesto pinchazo. “Creo que sí van a cumplir pero creo que hay cosas que no pueden hacer en términos de desclasificación (de datos o documentos)”, agregó el portavoz.

Es más, “esto no es una cosa nueva. Hace meses que la prensa ha hablado de esta vigilancia. Si miran los tuits del presidente verán que el precisó tratarse de ‘pinchazos’ solamente”, agregó Spicer, con lo cual desmintió a Conway y añadió todavía más controversia al asunto.

Pero esto no ha frenado el Congreso, por el contrario. Los dos comités de inteligencia de ambas cámaras quieren ahora investigar más profundamente el asunto y depurar las responsabilidades de Trump. Aunque si se demuestra que Trump no tiene ninguna prueba de la acusación contra Obama, por mucha presión que los demócratas hagan, es muy improbable que el mandatario sea censurado por ello en el Senado.

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