Se debe a que las gasolinas cayeron menos, al aumento de los precios de los automóviles por la finalización del plan PIVE y a la subida de la luz.
El índice de precios de consumo (IPC) atenuó su caída en agosto al bajar el 0,1%, cinco décimas menos que en julio, debido a que los precios de los carburantes y lubricantes cayeron menos que el año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).No obstante, el IPC sigue en terreno negativo y encadena trece meses sin crecimiento, doce descensos y un mes plano (diciembre de 2015).
Estadística ha atribuido el repunte de la tasa interanual del IPC de julio al comportamiento del transporte, que elevó su tasa más de dos puntos respecto a julio, hasta el -1,9%, debido a que los precios de los carburantes y lubricantes bajaron menos que el año anterior. También influyó, aunque en menor medida, la subida de los precios de los automóviles por la finalización de las ayudas del Plan PIVE.
Asimismo, la vivienda también influyó en el comportamiento del IPC interanual, cuya tasa se ralentizó hasta situarse en el -4,4%, principalmente por la evolución de la rúbrica calefacción, alumbrado y distribución del agua. La electricidad se incrementó este mes frente a la bajada de un año antes.
«Se revela una vez más que el crecimiento económico que se está produciendo es frágil», asegura el Secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino.
El ocio y cultura, por su parte, situó su tasa en el 0,2%, ocho décimas superior a la de julio, debido a la subida de los precios del viaje organizado, mayor que la de agosto de 2015. Asimismo, otros bienes y servicios aumentaron su tasa siete décimas, hasta el 1,8%, debido al comportamiento de los precios de los seguros, que subieron más que el año pasado.
Frente a estos aumentos, Estadística destaca el recorte de la tasa interanual de alimentos y bebidas no alcohólicas en siete décimas, hasta el 1,8%, por la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas frescas, las frutas frescas y los aceites, que subieron hace un año.
Igualmente influyó el aumento de los precios del pescado fresco, menor que el registrado en 2015. También redujo su tasas interanual los hoteles, cafés y restaurantes, cuya tasa disminuyó cinco décimas, hasta el 0,2%, porque los hoteles y otros alojamientos registraron en agosto una subida de precios menor que hace un año.
La inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, aumentó dos décimas en agosto, hasta el 0,9%.
